El Partido Popular ha pedido un mes, hasta renovar su dirección,
para abordar en el Pacto de Toledo el punto sobre la revalorización de las
pensiones. No, no se trata de una fake
news (noticias falsas) (1). No, no es un bulo de Radio Macuto. En resumidas
cuentas, como dicho partido está como pollos sin cabeza, ahora resulta que los
problemas de los jubilados y pensionistas están en función de la problemática
interna de dicho partido. O, posiblemente, quiere decir que como no saben quién
estará en el puente de mando no pueden comprometerse a nada. Una obscenidad.
Una obscenidad porque el partido acéfalo ni siquiera ha concedido la
tradicional cortesía de los 100 días al nuevo gobierno.
Estamos, pues, ante esta situación: el Ok
Corral entre Cospedal (¿por qué los medios insisten en añadirle un
aristocrático de a su apellido?) y
Sáenz de Santamaría está determinando la posición del partido acéfalo en tono a
las pensiones. Intereses de partido frente a los intereses de millones de
ciudadanos españoles que fueron levantando este país hasta hacerlo
irreconocible. Los intereses generales a la espera de que el arcabuz de una
derribe a la otra.
Una maniobra tan torpe como burda. Nuestros
jubilados saben latín, tantos años en la máquina, el andamio, la besana, la oficina y el pupitre los ha hecho más que
sabios. Ahora falta saber si los melindres de la cortesía parlamentaria
concederán al partido acéfalo que se salga con la suya. Bilardo, el belicoso entrenador argentino, sabe qué
respuesta hay que darle a los, con perdón, populares.
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