Escribe El dómine Cebra
«El
nacionalismo de los de arriba sirve a los de arriba. El nacionalismo de los de
abajo sirve también a los de arriba. El
nacionalismo cuando los pobres lo llevan dentro, no mejora, es un absurdo
total». Lo dijo Bertold Brecht.
Comoquiera que el afamado dramaturgo no añadió ningún
topónimo al nacionalismo es de cajón que
se refería a todos: al de mar y montaña, al de cabotaje y al de altura, al de
secano y al de regadío, al de con gas y al de sin gas, al de caspa y al de
brillantina, al de calisay y al de chinchón seco, al de trabuco y al de sotana, al
existencialista y al postmoderno…, que de todas esas formas puede revestirse el
nacionalismo.
Habrá, no obstante, quien vestido con la Túnica Sagrada llame
botifler a Bertold Brecht. Con la fe
del carbonero.
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