domingo, 15 de noviembre de 2020

Pablo Iglesias está muy lejos de Togliatti



El gobierno parece aquejado de un momentáneo trastorno bipolar. Científicos de probada seriedad dicen que eso, si se coge a tiempo, tiene remedio. Sea, pues. Que una parte del gobierno, mayoritaria, y otra, minoritaria, tengan opiniones radicalmente distintas acerca de los aliados para encarar el debate de las cuentas públicas, no es agua de borrajas.

1.--- Pedro Sánchez opta por tener socios tan dispares para sacar adelante los Presupuestos como Ciudadanos, Bildu y Esquerra Republicana de Catalunya. Me parece lo adecuado; más adelante intentaré justificar por qué lo encuentro así. Pablo Iglesias el Joven impugna abiertamente esa postura. Considera inapropiada la presencia de los de Arrimadas en ese menester. Y, hablando en plata, sin explicitarlo ha planteado un veto. Por su parte Arrimadas corresponde en igual medida. Primera consideración: Iglesias y Arrimadas quieren Presupuestos, pero ponen las condiciones para que no los haya. Con una diferencia, Arrimadas en la oposición pone alto el listón como condición para negociar.

Y, si eso es de esa manera, no se entiende el interés de Iglesias en mantener tozudamente dicha postura. Me temo que no acaba de entender el cuadro social y político realmente existente así en España como en Europa. La lucha contra la pandemia, mientras dure, rompe todas las categorías que académicamente ha aprendido Pablo Iglesias. De hecho, no conozco libro alguno que enseñe la politología apropiada en tiempos de esta cólera viral. Es más, de mantenerse con empecinamiento en esa postura podría abrir el paso al trastorno bipolar crónico. Que, de enquistarse, podría ser la antesala, bien de un cambio de alianzas en el seno del Ejecutivo o bien de la caída del Gobierno. En ambos casos, Unidas Podemos iría otra vez a la intemperie. Si tal se produjera, poca capacidad de respuesta tendrían los de Pablo Iglesias. Así las cosas, se habría quebrado la posibilidad de abrir un nuevo ciclo de derechos sociales, dentro y fuera del ecocentro de trabajo.

De hecho, todo indica que la precariedad organizativa territorial de Unidas Podemos es preocupante. Uno de los motivos de esa endeblez –seguramente no el principal, pero sí relevante--  es que sus estructuras fueron concebidas para la acción reivindicativa, a la contra; con la entrada en el Gobierno no se ha producido la reconversión en estructuras de Gobierno. No han visto que a una realidad de estar en el gobierno corresponderían estructuras de gobierno. O, al decir de Palmiro Togliatti, «de  lucha y de gobierno». De manera que Unidas Podemos es, a estas alturas, una organización macrocefálica y parcialmente ápoda.

Con todo, estos serían argumentos instrumentales, utilitaristas. El problema político central es que Unidas Podemos debe dejar de ser el agente del trastorno bipolar. Porque eso contribuye a la inestabilidad en España y en distracción de los esfuerzos para luchar contra el coronavirus.

2.--- En los momentos más inoportunos reaparece el río Guadiana, vale decir, la matraca de ciertos barones socialistas con su unamuniana preocupación por el dolor de España. Nunca les hemos visto tanto clamor por los problemas de las desigualdades sociales, lo de ellos es la angustia de que España deje de limitar al Norte con los Montes Pirineos que nos separan de Francia, al Oeste con Portugal, al Este con los mares mediterráneos y al Sur con el estrecho de Gibraltar.  Son tres –como Sem, Cam y Jafet, los hijos de Noé— los que machaconamente organizan el incordio contra la dirección de su propio partido. Han cogido el testigo del Jarrón chino y los diversos paragüeros, ya inocuos a fuer de grotescos.

En todo caso, tampoco este triunvirato  –Paje, Vara y Lambán— parece entender que es preferible que Bildu se haya institucionalizado y que, según sus estatutos, haya dado el definitivo «adiós a las armas». Un triunfo, precisamente, del gobierno de Zapatero y de su mano derecha en ese menester, Rubalcaba. O tal vez lo sepan y actúen de tan retorcida manera en clave de que las derechas no le pisen el terreno recurriendo a la unidad de España y al espantajo, ahora sí, de ETA. Tampoco parecen haberse dado cuenta que ERC ha entrado en el terreno de la pujolización con su técnica de peix al cove, que  siempre hemos traducido como «pájaro que vuela a la cazuela».

En todo caso, el gran fake new es la insinuación de esos triunviros de que se ha pactado con Bildu y ERC la ruptura de España. Oxígeno imprudente para las derechas de secano y orinal, alimento que –además, y no deja de ser preocupante--  dificulta que el PP avance hacia el centro. Con esos compadres, Casado no deja el hueso.

3.--- Ya veremos cómo se aprueban las cuentas públicas y con qué sujetos. En todo caso, superada esa primera prueba, el Gobierno y la Administración entran en la suerte suprema: la gestión no fácil de los números. Y en concreto la gerencia de colosal de cerca de 200.000 millones de euros en los próximos siete años. Alerta: históricamente no hemos sido muy diligentes en la gestión de los fondos europeos; ojo, pues, ahora.

Moraleja: Pablo Iglesias debe –dispensen el dicharacho— togliattizarse; los barones tendrían que dejar de sufrir con Unamuno; y las derechas asumir que Trump ha dejado de ser el rey que rabió.

 

Post scriptum.---  Don Venancio Sacristán: «Lo primero es antes». 

 

No hay comentarios: