miércoles, 4 de noviembre de 2020

Las repercusiones de ´la cosa´ americana en nuestro patio de vecinos


 

Todo da a entender que la cosa americana tiene cuerda para rato. La actitud cerrilmente obstruccionista de Trump impide que se haga oficial el recuento del martes. Dice El Periódico: «Trump embarra el recuento electoral». Un panorama balcanizado, según afirma Massimo Cavallini en la revista Striscciarossa (1). El argumento de ese Trump es uno de los paralogismos más grotescos que se han dado en la política: ´hay fraude y voy ganando´. Lo que da pie a que algunos comentaristas hayan dicho que la cosa puede «durar días o quién sabe meses», señala Oriol Bertomeus, en Próleg (2).

Cuando se haga oficial el resultado electoral intentaré, dentro de mis modestas posibilidades, dar  mi parecer. En todo caso, sea cual sea el resultado, tenemos pendientes una serie de reflexiones encadenadas. Que, entre otras y como mínimo, son las siguientes: el comportamiento de sectores la clase trabajadora blanca en el llamado ´cinturón del óxido´; miles de mexicanos votando por Trump en el sur de Texas con la idea de que se frene la llegada de compatriotas a los USA; mujeres que no se sienten agredidas por las actitudes machistas de Trump… Inquietudes que han salido en una conversación con Manuel Gómez Acosta, siempre atento a las situaciones microscópicas. Son temas que, por supuesto, van más allá del comportamiento electoral de eses colectivos en los Estados Unidos. Para dicha situación y nuestros propios asuntos  –reitero--  la izquierda tiene pendiente esas cuestiones.

Lo que sí estamos en condiciones de afirmar es, de momento, lo que sigue. Si Trump vuelve a tener la vara alta tendríamos, como mínimo, las siguientes consecuencias: 1) el incremento de la exportación de los USA al mundo entero de toda la casquería tóxica del Made in Trump; 2) la agravación de los conflictos de ese país con la Unión Europea y China; y 3) con toda probabilidad Boris Johnson aprovechará la ocasión para poner unas condiciones más duras al brexit. Dios los cría y ellos se juntan.   

En todo caso, gane quien gane una cosa parece cierta: la cristalización, en los USA, de dos sociedades mixtas --mestizas las dos-- con la agravación de nuevos conflictos.

Las casquerías tóxicas o lo que es lo mismo: el afianzamiento de las tendencias populistas como alternativa a la derecha ilustrada; el uso del conflicto sin reglas como substituto de las normas democráticas; la consolidación del fundamentalismo religioso y del negacionismo, ambos de carácter violento.

Ni qué decir tiene que, si gana Trump, la repercusión en el panorama español podría ser tremenda. Y si pierde, la correspondencia entre Trump y la derecha asilvestrada doméstica será el grito de «gobierno ilegítimo».

Punto final. No quiero dejarme en el tintero una cosa que me inquieta: así las cosas, podría darse la vuelta al sistema bipolar, es decir, a un nuevo—viejo paradigma de reparto, con control de su inestabilidad, de las zonas de influencia en el mundo entre Trump y Putin. Matizado por la China, naturalmente.

 

Post scriptum.---  La cafetera que mayoritariamente tenemos en España fue diseñada por el ingeniero italiano Alfonso Bialetti en 1933. Queda dicho en su homenaje. Seguro que en casa de don Venancio Sacristán la usaban también, al tiempo que exclamaba: «Lo primero es antes». 

 

1)           http://www.strisciarossa.it/presidenziali-usa-contestate/?fbclid=IwAR2uCIBj93V2cMvn36von1bsBTduE_BB4TlH0U838yTIKeIC78N5t9rxDvk

2)           http://www.strisciarossa.it/presidenziali-usa-contestate/?fbclid=IwAR2uCIBj93V2cMvn36von1bsBTduE_BB4TlH0U838yTIKeIC78N5t9rxDvk

 

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