lunes, 9 de noviembre de 2020

Mar de fondo en nuestra democracia


 

1.--- Ahí afuera está pasando algo muy gordo y no sabemos con precisión qué es. Me ha costado mucho digerir el reportaje de Carles Castro, que publicó ayer La Vanguardia. Con un título aparentemente alarmista --´¿Rebelión a bordo?´--  pero adecuado a mi entender. Los datos que ofrece me ponen los pelos como escarpias. Tan sólo daré el que me ha impactado más: la insatisfacción con la democracia ha crecido siete puntos desde el inicio de la pandemia en el grupo de edades comprendidas entre los 25 y 44 años. El paciente lector hará bien en bucear en esos cuadros y sacar las conclusiones pertinentes. A un servidor le parece --¿qué quieren que les diga?— inquietante, muy inquietante. Ahí afuera, pues, están pasando cosas nuevas, tal vez como acumulación de viejos problemas no resueltos, agravados ahora por la pandemia.

2.--- Ahí ´afuera´ están pasando cosas que se nos escapan, dijo más o menos Manuel Moreno Mauricio, preso político comunista, en el Penal de Burgos. Olía los cambios que estaba provocando el Plan de Estabilización de 1959, pero necesitaba conocerlos a fondo, codificarlos y sistematizarlos. Sin eso se veía incapaz para enfrentarse, allí mismo en la prisión, a la dictadura franquista. Ramón Ormazábal, también comunista pata negra, tenía información dispersa de todos esos cambios, pero lo suyo era la intuición, el «olfato de clase», que se decía entonces sin que la ciencia médica hubiera dado permiso para formular esa taxonomía nasal. Moreno Mauricio o el estilo que busca datos para definir el comportamiento político; Ormazábal, que saca conclusiones desproporcionadas de un movimiento huelguístico en la ría bilbaína y cree que la dictadura tiene los meses contados.

El relato, potente, es obra de Enric Juliana: «Aquí no hemos venido a estudiar» y sugiere, a mi modo de interpretar su lectura, una relación entre conocimiento y decisión política, basada ésta en el subjetivismo o no.

¿Divagación esto de traer a colación la experiencia carcelaria que dividió a los presos políticos comunistas en Burgos? Puede ser. Pero sólo vemos la espuma de esa ´rebelión a bordo´  del grupo etario más numeroso de la población española.  

3.--- Con todo, ver la espuma es insuficiente. De ella, los ponderados dirían que «ahí afuera está pasando algo»; pero los atropellados afirmarían que eso son cosas de niños litri, hijos de papá y que con un par de hostias se acaba con esos revoltosos.

Ni qué decir tiene que esa indiferencia a la democracia no es cosa de ahora. Con toda seguridad, aunque en menor proporción, había un determinado porcentaje que estaba en barbecho; ahora –como se ha dicho— ha aumentado con la pandemia. Concretamente, antes de la pandemia, los jóvenes españoles daban un suspenso a la democracia, una nota de 4,6, y desconfían de los partidos, ya que un 66,1% así lo reconoce en el barómetro juvenil de 2019 que ha hecho el Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud de la FAD. Poca broma. Esa es la espuma de una mar de fondo que políticamente se desconoce. Y, se diría que, en caso de estar en la preocupación de los partidos políticos, la agenda sigue en blanco.

Ahí afuera están pasando cosas de mucha envergadura. Ojo al dato: en los últimos 12 años la banca ha cerrado la mitad de sus oficinas y licenciado al 37 % de sus empleados. Eso es lo que está pasando ahí afuera: el gigantesco proceso de reestructuración—innovación que no cesa.  

Hace muchos años, Aguaviva cantaba el poema de Alberti  «¿Qué cantan los poetas, poetas andaluces de ahora?». Y si preguntáramos ¿qué hacen las organizaciones juveniles, las organizaciones juveniles de ahora?

En todo caso, retengan esta consideración: hoy estamos un pelín mejor que hace unos días. El hombre—bronca ha seguido los pasos del caimán, rumbo pa la Barranquilla.  

Post scriptum.--- «Lo primero es antes». Es una de las enseñanzas de don Venancio Sacristán.

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