Una
parte de la abnegada militancia de los Comunes ha conocido otro sobresalto. Gerardo Pisarello, miembro
del grupo dirigente y diputado, ha declarado que su formación podría entrar en
un gobierno de concentración en Cataluña junto a los post post post post
convergentes, Esquerra y la CUP. Los mismos que han llevado a Cataluña al gran
atasco. La militancia está triste ¿qué tendrá la militancia? Don Gerardo es,
pues, partidario --¿habla en nombre de
la dirección de los Comunes?-- de un
gobierno comistrajo, de una singular Arca de Noé.
Los
Comunes no son una excepción en el decadente panorama político catalán, que
atraviesa una profunda crisis: independentista de día y sonámbula de noche. Así
las cosas, las declaraciones de Pisarello son la expresión de ese
desnortamiento, de la pérdida --tal vez
definitiva-- de una brújula que les
lleva a vagar del caño al coro y del coro al caño.
¿Un
gobierno de concentración con la cofradía de Waterloo, los padres dominicos de
ERC y los milenaristas de la CUP? Agrio popurrí. Precisamente cuando el
independentismo está en su parábola descendente y definitivamente ha demostrado
su inepcia en todos los ámbitos. De ahí que pueda barajarse una hipótesis que,
seguro, dolerá a un sector de la paciente –el sector Job-- militancia de los Comunes: ¿no será que
Pisarello y sus allegados se sitúan en zafarrancho de salvación del
independentismo?
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