domingo, 15 de septiembre de 2019

La independencia al baño María



Un nuevo parto se anuncia en las filas del independentismo. La abuela catalana es prolífica. El próximo domingo en el Monasterio de Poblet se darán cita unas 300 personas que, por mero protocolo, llamaremos personalidades con la idea de fundar un nuevo partido. Como todavía no ha pasado por la pila bautismal no tiene nombre.

¿Quiénes son estos nuevos políticos cistercienses y qué plantean?  

En realidad la mayoría de estos monjes tienen una biografía más bien escasa. Hacemos la excepción de Marta Pascal, que fue secretaria general de una de las mil versiones conocidas del chambao post convergente y de Antoni Fernández Teixidó, de insólitas experiencias: de la Liga Comunista Revolucionaria al CDS de Adolfo Suárez y del Duque al pujolismo. Para definitivamente pasar a la tarea de fundar partidos y partidillos a diestro y siniestro. Una elegante versatilidad. El resto de los cistercienses son damnificados por las evoluciones de determinados partidos catalanes. También cabezas de león y colas de león, peones de jefes de fila y aprendices de álfiles.

Estos nuevos  frailes conventuales no renuncian a la independencia de Catalunya. Pero como ha tomado nota del fracaso del secesionismo, se declara contraria al unilateralismo. Y siendo personas de orden afirman respetar la legalidad con sus normas y procedimientos. No es la independencia del aquí te pillo aquí te mato, sino la independencia al baño María. Es el contagio de Poblet que tiene siglos viendo pasar el tiempo y esperando la parusía. «Orate, frates».

«Hay gente pa tó», dijo divinamente  El Gallo cuando le fue presentado Ortega y Gasset como filósofo. En Cataluña también hay gente para todo.  Incluso para independentistas cimbrios.

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