miércoles, 13 de mayo de 2020

Necesitamos un sindicato más fuerte




1.--- En el verano de 1995, en puertas del Sexto Congreso de CC.OO. de Catalunya publiqué un largo trabajo que llamé El contrato moral en Comisiones Obreras (1).  Se trataba de «un contrato (mutuo, claro está) de los trabajadores-entre-sí con el sindicato; moral, como expresión de generar una nueva costumbre, esto es, una relación distinta de los trabajadores-entre-sí con el sujeto sindicato. Por trabajadores-entre-sí entiendo la unidad social que expresa esa fuerza colectiva, ese valor del hecho de estar organizados; de estar organizados "entre-si" como expresión de solidaridad fuerte, con el ánimo de organizar importantes momentos de identidad colectiva.

Las líneas que vienen a continuación intentan recuperar el espíritu de dicho trabajo y su interés en estos complicados tiempos de crisis sanitaria, económica y social que van a dejar una huella de mucha envergadura. De ahí que retome la idea de un «contrato moral» en Comisiones Obreras, que partiría del pilar que dejó sentado en su día aquel legendario sindicalista italiano que fue Vittorio Foa: «para que los trabajadores tengan confianza en el sindicato, el sindicato debe tener confianza en los trabajadores».

2.---  Estos son tiempos ásperos. Y probablemente estamos en puertas de mayores asperezas y dificultades. El sindicato está dando el callo en la defensa de la condición asalariada, tutelando a los trabajadores en todos los aspectos de la lucha contra el coronavirus y negociando con sus contrapartes la defensa del empleo y el ejercicio de los derechos laborales. Pero la fuerza estable del sindicato, esto es, la afiliación, está muy por debajo de las necesidades sindicales para una mejor  defensa de los intereses de los asalariados. Cosa que, todavía se pondrá más de manifiesto, cuando se empiece la compleja tarea de la reconstrucción económica. De ahí que necesariamente tengamos que abordar la cuestión por partida doble: de un lado, mantener los actuales niveles de afiliación; y, de otro lado, resituar el trabajo de captar más y más y más afiliación.

3.---  El contrato moral, aquí y ahora, sería el siguiente: para que la fuerza colectiva de los asalariados, organizada en el sindicato, pueda ser eficaz en estos tiempos tan difíciles es preciso que aumente considerablemente la afiliación. Ser más fuertes no es una cuestión administrativa, sino de utilidad y eficiencia. Salvando las distancias –han pasado 25 años de aquel escrito--  entiendo que aquel trabajo propone pistas que podrían ser útiles en estos tiempos. Ahí lo tienes.


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