sábado, 5 de noviembre de 2016

Una brevería sobre el Secretario general del sindicato




Los congresos de Comisiones Obreras están, como quien dice, a la vuelta de la esquina. Los documentos de algunas organizaciones están ya a disposición de sus afiliados y –me dicen--  todo augura que hay un fuerte empeño en que el debate y la participación tendrán una considerable amplitud.

En lo atinente al congreso catalán nos encontramos con una novedad digna de señalarse: se ha abierto el tiempo de la presentación de las candidaturas a dirigir el sindicato, concretamente la secretaría general. De momento, por lo que sabemos  estamos ante un candidato, Javier Pacheco. Su extensa biografía le avala suficientemente: dirigente sindical de Nissan, miembro de la Federación de Industria y, posteriormente hasta nuestros días, secretario general de la misma.

Primera consideración: los tiempos que corren no son fáciles para el sindicalismo, son duros y ásperos para los sindicalistas. Quienes se atreven a meterse en esa harina candeal son gente con coraje; antiguamente se diría que con redaños. Y, en paz con Thomas Mann, diremos que, por lo general, son «personas de gran formato». 

Segunda consideración: quienes opten por estar al frente de Comisiones Obreras, que es el caso que ahora nos ocupa, saben que tienen una gran responsabilidad –y más en estos tiempos— sobre sus espaldas. Este es el caso, por ejemplo, de Pacheco y de quienes opten por competirle en buena lid en la elección del cargo.

La novedad, decíamos, es que la presentación de esta candidatura se hace con el tiempo suficiente para que el grupo de electores tenga detallada información de quién es el candidato. Y, si por las razones que sean es el único, se llega al congreso –al menos en esa responsabilidad--  con una tarea razonablemente despejada. Y, por así decirlo, desdramatizada.

Ciertamente se pueden hacer las cosas a la manera tradicional. Esto es, esperar al último minuto. Pero yo entiendo que ese método es poco transparente, ya que sitúa a la afiliación como simple espectadora. De ahí que, con amable descaro, pregunte si Toxo va a seguir en silencio o qué, vale decir, si va a mantener el método tradicional o a provocar una chispa de innovación en este caso. Porque no es irrelevante saber si va a presentar su candidatura y cuándo para la secretaría general del sindicato.


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