sábado, 15 de agosto de 2020

El sindicato probeta de Vox

 

Nota preliminar.---  La ultraderecha ha fundado ´su´ sindicato en el proletario barrio de Salamanca (Madrid). No se lo tomen a broma. 

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) en su boletín de Agosto afirma que la situación económica «ha tocado fondo». Es posible, pero todavía los autores de ese estudio de coyuntura no sabían –aunque tal vez lo previeron— que Alemania se iba a sumar a los países que desaconsejan  a sus nacionales viajar a España. Con lo que estamos ante un puntillazo a las expectativas, seguramente desproporcionadas, de quienes esperaban un respiro para el sector turístico. En concreto, más dificultades para nuestra ya maltrecha economía. En todo caso, tocar fondo no equivale, dispensen la obviedad, a brotes verdes. 

En otoño podríamos encontrarnos en una situación conflictiva. Agravamiento de la crisis económica (simultánea a las cuatro restantes de las que hemos hablado en anteriores ocasiones), el Partido Popular arremetiendo contra todo lo que huela a sensatez y la derecha de la inverecundia, haciendo de Manolo el del Bombo animando al sindicato—probeta, salido de la pila bautismal con el nombre de Solidaridad. 

No es lo mismo fundar un partido que erigir un sindicato. Un partido se puede crear de la noche a la mañana; no ocurre lo mismo con una organización sindical, que requiere de raíces y sus convenientes regadíos. Un partido se puede montar con unas cuantas perrillas; un sindicato –incluso lloviéndole millones como es el caso, por ejemplo, de los independentistas catalanes siguen siendo organizaciones probeta-- es otra cosa, necesita mucho abono y años para madurar.

Ahora bien, esto es lo que ha sucedido desde siempre hasta ahora. Cierto, ya es un primer indicio, pero no es un dato válido para siempre. Intuimos por la experiencia que seguirá siendo así, pero no lo podemos asegurar porque son muchas las certezas que han caído. Por lo tanto, estimo que no se eche en saco roto la aparición de esa probeta sindical que Vox ha puesto en marcha. 

La probeta tendrá un clima que aparentemente le favorecerá: el deterioro de la situación económica, el interrogante de la eficacia de los amortiguadores sociales y un difuso malestar que puede concretarse en anomia social. La probeta, además, tendrá mucho parné. Y, con toda seguridad, será un punto de relación entre las derechas de la inverecundia. Su objetivo no será construir, sino organizar la de dios es cristo. Y –como ha sido tradicional en organizaciones  de este jaez--  servir de quinta columna contra el conflicto social del sindicalismo confederal. Es la probeta de los señoritos. 

Se recomienda al sindicalismo confederal que siga las reglas del «parar, mandar y templar». Si no lo hace por las razones que sea se encontrará en una posición extremadamente débil, porque en esta coyuntura debe ser un sujeto que simultáneamente, de un lado, apoye las medidas progresistas del gobierno y, de otro lado, exija su cumplimiento.  No es  –entiéndase bien--  una posición anfibia, sino macizamente responsable. 

Clima enrarecido, pues. Y más todavía si se concreta esa extraña moción de censura de Vox juntándose con la zahúrda independentista. 

Primera admonición al gobierno y sus alrededores: dejaros de milongas o como se dice en la Vega de Granada «no vayamos a pollas que el agua está muy fría». 

Post scriptum.--- Segunda admonición que fue anunciada por don Venancio Sacristán, metalúrgico y filósofo de Chinchón: «Lo primero es antes».   

 


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