lunes, 29 de junio de 2020

La oposición en Cataluña hace un don Tancredo




En el paisaje político catalán pueden observarse dos elementos que, aunque no únicos, son de gran relieve: la fragmentación infinita del viejo espacio convergente y la prisa de todos ellos en reacomodarse para acudir a la cita electoral que será cuando dicte la confusa claridad de Quim Torra. Todo el espacio independentista aparenta moverse: unos haciendo la noria y otros como los cangrejos. En todo caso las apariencias indican que hay movimiento. Pero ¿y el resto del retablo de las maravillas políticas?

Silencio, que no sabemos si es prudencia o dificultad para decir algo medianamente sensato. Silencio y en posición de don Tancredo, que es lo último que se  debe hacer en política, sea esta global o de campanario. En resumidas cuentas, la oposición política catalana está silenciosa e inmóvil. Esto es algo que entendemos en el Partido Popular, ya que su insignificancia no da para más. Se entiende menos en Ciudadanos donde puede verse un desfase entre su actividad política en Madrid y su mutismo (incluso gestual) en el Parc de la Ciutadella. Sin embargo, donde no se entiende de ninguna de las maneras es en el Partit dels Socialistes de Catalunya.

El PSC --a medio camino entre la pachorra y la cautelosa prudencia--  da la impresión, en el mejor de los casos, que está ahorrando iniciativas para otra ocasión mejor. Pero esto en política es mala cosa. Dí en cada momento lo que corresponde a esa situación, podría haber escrito Maquiavelo, Por ejemplo, ¿tiene sentido que los socialistas catalanes, cuyo primer  dirigente es una persona sofisticada y muy capaz, hayan estado silentes antes y durante la celebración de las manifestaciones catalanas de los sindicatos del pasado viernes en exigencia de un pacto de reconstrucción?  Decir desidia sería algo exagerado; tal vez lo que hemos dicho antes: pachorra. Una pachorra que posiblemente espera recibir los réditos de la política de Pedro Sánchez. Pero que, de esa manera, poco aportará a una nueva orientación política de Cataluña.

Una pachorra chocante porque dichas manifestaciones eran de apoyo al gobierno. Mi padre, que tenía en su lengua todo el acervo de la malafoyá granaína, hubiera dicho: «Dios le da nueces a quien no puede roerlas». Posiblemente era un tantico imprudente.  

No hay comentarios: