martes, 12 de febrero de 2019

Fraudulentos de cabeza, cuerpo y extremidades, de pensamiento, palabra y obra





Uno de los principios más recurrentemente sagrados de la Alta Dirección –sea ésta política, empresarial o comoquiera que sea--  es que «la culpa siempre la tiene la secretaria»: otro elemento más del machismo  de la organización del trabajo. La cosa viene a cuento por una aparente –hemos dicho aparente-- rectificación de las falsedades que se vertieron en el manifiesto que clausuró el gatillazo de la concentración (de ámbito nacional) del pasado domingo en Madrid.

Leemos en La Vanguardia de hoy que, fuentes del Partido Popular (concretamente de su portavoz, Marta González) nos dicen que «no todo lo que se dice en el manifiesto es cierto». Lo sabíamos. Así las cosas, es claro  que se vertieron toneladas de falsedades a sabiendas y queriendas. Un documento que fue redactado por altos escribas sentados de la derecha una y trina. Y, como es natural, tuvo que ser revisado por sus tres capitostes. Sin embargo, la culpa será de «la secretaria». De todas formas, el esperpento –mitad monje, mitad soldado--  adquiere proporciones inauditas en el intento de aclarar las cosas por parte de la portavoz González con respecto a la negociación de Pedro Sánchez con los indepenendistas: «No sabemos cuánto puede haber avanzado Pedro Sánchez con los independentistas, pero ahí está la evidencia de que se empezaba a negociar».  Un paralogismo de alto calibre. Digno de la caco elocuencia de Dolors Montserrat. Sin embargo, no sabiendo cuánto puede haberse avanzado no ha impedido que se construyera el relato subversivo de la traición y felonía. Hubo quien, en aquellos tiempos, sobre esa piedra construyó su iglesia; otros, ahora, sobre ese barro construyeron su discurso. Por cierto, no tuvieron ningún reparo los tres lectores del manifiesto en propalar tan falaz escrito.  Paris bien vale una misa. Quiero decir que el cachet de los tres habrá subido en tertulias y otras formas de dejarse ver. 

A los redactores, a los que le dieron el visto bueno y quienes leyeron el manifiesto Dante los hubiera enviado al círculo octavo del Infierno de La Comedia con los fraudulentos. Fraudulentos de cabeza, cuerpo y extremidades.

Addenda.--  Pregunta retórica: ¿se sabe si Casado y Rivera han dicho algo sobre la profanación de las tumbas de Pablo Iglesias y Pasionaria?

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