jueves, 9 de agosto de 2018

Facilitar la inversión de industrias en Cataluña




El gobierno de Pedro Sánchez se dispone a dar toda clase de facilidades para atraer empresas a Cataluña. Es una manera –me dicen desde el Ministerio de Industria--  de contrarrestar la fuga de más de 4.000 empresas. Se trata de un éxodo como nunca lo habíamos visto. Que ha sido provocado por la inestabilidad del procés. Es una diáspora que parece afectar un bledo al hombre de Waterloo, a su franquicia y la feligresía milenarista. Siguen en su calcorreo espasmódico del coro al caño y del caño al coro. En pocas palabras, lo que durante el día pretende hacer Pedro Sánchez, a partir de la noche se le pega fuego. Por el día: facilitar inversiones en Cataluña por parte del Gobierno, durante la noche seguir con la matraca hasta el desierto industrial, de la mano de Waterloo y sus adláteres.

Las medidas que plantea el Gobierno de Sánchez no ocultarán, sin embargo, que se perciban como una paradoja por parte de toda una serie de industrias. Es decir, ¿qué se hace con las empresas que permanecen? Con aquellas que están aguantando el chaparrón de manera incombustible. Esta es una cuestión que interpela al Gobierno, pero también a las organizaciones sindicales que no acaban de ver en qué se está traduciendo el Pacto por la Industria que firmaron con ese Quim Torra, más interesado en que se extienda el incendio que en reconstruir el tejido industrial.

  

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