miércoles, 1 de agosto de 2018

El sueldazo de Quim Torra







1.--  146.925,7 euros. Este es el sueldo del presidente de la Generalitat, Quim Torra. Una cantidad netamente superior a la de sus predecesores, Carles Puigdemont Artur Mas. Muy alejada de lo que cobra el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.  Aclaremos: no se trata de una información de Radio Macuto, no es una fake news de las pendencieras redes sociales, ni es un infundio de un irascible unionista. Es El Periódico.

Tan notable salario –y sobre todo el incremento del 5 por ciento--  no es el resultado de una negociación. Es una decisión personalísima de la mano derecha del presidente de la Generalitat, que mira por sus intereses mejor que por los de sus representados. Fuera complejos, el caballero dispara con la pólvora del pueblo. Una parte del incremento tiene que ver con  la  con la recuperación por parte de Torra de la paga extra que los anteriores 'presidents' dejaron de percibir como medida de austeridad en un contexto de recortes generalizados a los salarios de los funcionarios y a prestaciones sociales en general. Oído cocina: los funcionarios todavía no han recuperado aquella paga extra.  La pasada semana, el 'conseller' de Polítiques Digitals i Administració Pública, Jordi Puigneró, advirtió a los representantes sindicales de los funcionarios  que el Govern no retornará este año el 10% de la paga extra del 2013 que fue cercenada a los trabajadores públicos en un contexto de crisis. Sigue pendiente la recuperacón de la extra del 2014 y la aplicación en Catalunya de los incrementos salariales pactados a nivel estatal. Así pues, ante Dios el superior es el superior y el inferior es el inferior.

Oído cocina: Torra ha decidido donar la parte proporcional de esta paga extra a organizaciones benéficas: la Associació Catalana pels Drets Civils (que trabaja en defensa de los políticos soberanistas presos y ´desplazados´ al extranjero) y otras. Es decir, unas goticas de chanel número 5 en la botella de zotal.

2.--  Seamos serios: estamos ante un patriotismo de billetera. Por un lado, mientras el conjunto asalariado y los pensionistas se ven sometidos a una constante merma de sus retribuciones, el «presidente provisional» decide unilateralmente sus abundantes y desproporcionados emolumentos, incluso por encima del 3 por ciento. Por otro lado,  contraviene la promesa de que los funcionarios recuperen sus pagas extras. La ley del embudo. 

Pero, además, hay algo que acumula mayor obscenidad todavía: hacernos ver que una parte de la paga extra la dedica a «fines benéficos». En realidad lo que ciertamente está clarísimo es que por la vía de dicho sueldazo se está financiando determinadas actividades independentistas. Más insufrible que estas calores caniculares que nos sofocan.

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