Quilombo
al por mayor con epicentro en Murcia. De entrada, me permito una duda: no estoy
seguro si tan fenomenal barullo es política o politiquería. Comoquiera que
ustedes están sobradamente al tanto de esos movimientos sísmicos con repliques,
hasta ahora en Madrid y Castilla – León, me limitaré a proponer algunas
consideraciones.
Ciudadanos ha decidido convertirse
en un exoplaneta, un lugar con escasas posibilidades de habitabilidad, según
dicen los entendidos en la cosa
cosmológica. Tal vez por ello han aparecido voces de cierto ringorrango en
Ciudadanos planteando el éxodo espacial hacia otros lugares aparentemente más
confortables; las aeronaves ya estaban preparadas en los hangares desde que se
conoció el recuento electoral de las últimas autonómicas catalanas. El Partido Popular, planeta
solar, les ha abierto generosamente las puertas y ventanas; es lo que se
acostumbra a decir en estas ocasiones, después ´si te he visto, no me acuerdo´.
Jordi
Joan, director de La Vanguardia, afirma que «justo cuando se habían iniciado
las conversaciones entre las cúpulas del PP y Cs para plantear la fusión de
ambos partidos…» se produce la decisión de Ciudadanos de apoyar al PSOE en la comunidad murciana (1). De donde concluimos
que la moción ha sido una autodefensa con la idea de dinamitar las
conversaciones entre las cúpulas del PP y de Cs. Lo que no sabemos –o Jordi
Joan lo calla por lo que sea— es si Arrimadas estaba en el ajo
o le estaban cambiando la colcha de la cama. Sea como fuere, Arrimadas da el
placet a la doble moción murciana: en la comunidad y en la capital.
Ha
sido una operación de política –o politiquería, siguen mis dudas-- que han mantenido dirigentes del PSOE y de Cs
durante unos meses. Pablo
Casado, como aquella Eloísa de Jardiel Poncela,
tumbado debajo de un almendro. Su segundo de a bordo, adosado al María Moliner, intentando buscar sinónimos de ´felón´ para endilgárselos
a sus enemigos, sean estos los que fueran. En resumidas cuentas, si todavía no
hemos aclarado si se trata de política o politiquería, tampoco estamos en
condiciones de entender si esto es encaje de bolillos o una conspiración de
tres al cuarto.
Y
naturalmente ahí está, ahí está (todavía no viendo pasar el tiempo) la derivada
Madrid, «Madrid, castillo famoso», que dijo el poeta. Madrid que amplifica el
quilombo murciano, empequeñece a Casado y sus aspiraciones de reunificar las
derechas que fueron aznarianas y vigoriza a Diaz Ayuso, que ha sido
ridiculizada ad nauseam, pero que de su (aparente) poquedad puede salir la
sustitución de Casado. Tiene mejores relaciones con Vox y, sobre todo, figuran en su ropero togas y
puñetas al por mayor y detall.
Jardiel
Poncela en Madrid; Miguel Mihura en Murcia. Y en toda España, Los títeres de
Cachiporra, del poeta de La Fuente. Pero todos ellos sin espectadores, ni
público. Movimientos de élites.
Mientras
tanto: poco o nada se sabe de la distribución de los fondos europeos; y la
vacuna anti covid va lentamente, confusamente, desganadamente.
Post
scriptrum.--- «Lo primero es antes», dijo don Venancio
Sacristán.
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