domingo, 7 de marzo de 2021

¡Basta ya!


 

 

Lo sabemos: Cataluña tendrá gobierno cuando se haya hecho el reparto de la túnica  sagrada y se haya distribuido el menaje, la cubertería y el resto del ajuar.  Gobierno independentista con la única incógnita de si la CUP forma parte del ejecutivo, aunque por descontado su cometido será el control de las aguas menores. En resumen, gobernará el macizo de la raza con un ´programa´ ya cantado: retórica, retórica y retórica.

Aunque es arriesgado hacer un vaticinio de por dónde pueden ir las cosas, tengo un picorcillo en la pituitaria que me insinúa los grandes movimientos que pueden darse.

El primero, no hace falta decir que seguirá el contencioso en el interior del vecindario independentista. Mientras ese movimiento pueda respirar, la querella entre los hunos y los hotros estará viva y coleando, aunque sea por una razón elemental: hay que aparentar la existencia de una derecha y una izquierda en la guilda del independentismo.

El segundo gran movimiento parte de esta premisa: una diferencia no irrelevante con la anterior legislatura  autonómica es que ahora existe una oposición cualificada y solvente; quien ha ganado las elecciones, Salvador Illa, a diferencia de aquella abúlica Arrimadas, ha anunciado que viene a hacer política con mayúscula. Illa no ha dejado un ministerio en Madrid para venir a Barcelona a cantar «Baixant per la Font del Gat».

Así pues, el segundo gran movimiento es que habrá conflicto político sostenido ante un gobierno que presumiblemente seguirá con la inercia de su reconocible no fer res. Que será suplido por la retórica barroca que sigue al baño María: independencia, república y demás jaramagos. Ahora bien, se han oído voces cualificadas que ya han dicho –alto y claro-- «basta».

Primero fue el sindicalismo confederal quien levantó la voz, tras las pasadas elecciones; y hace un par de días una convención de 300 asociaciones empresariales le dijo al gobierno que pueda salir: «Basta ya. Centrémonos en la recuperación». Lo que podría indicar que se está gestando algo que exige ir a las cosas, las cosas, las cosas.

En resumidas cuentas, me juego lo que sea que la situación será distinta. Con más mordiente. Algo veremos. Siempre y cuando se siga con tiento la máxima de don Venancio Sacristán: «Lo primero es antes».

 

Post scriptum.---  Esto mismo le explicaba a la Muchacha del 78 el jueves 25 de febrero. Ese día estaba la mar de contenta.

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