miércoles, 9 de octubre de 2019

Errejón en Barcelona


Errejón ya tiene cabeza de cartel por la circunscripción de Barcelona. Dicen que sudó la gota gorda para conseguir los cinco mil avales para montar candidatura. Me tengo por persona regularmente informada y, pese a ello, no conozco al primer espada de Errejón en Cataluña. La prensa informa que es politólogo, pero un servidor nunca ha tenido el gusto de leerle ya sea en los medios de postín, en los menos afamados o en las hojas parroquiales. Hasta hace pocos días el candidato militaba en Comunistes de Catalunya y se nos informa que en las pasadas elecciones municipales iba en coalición con la CUP. A eso le llamaremos educadamente versatilidad.

Al candidato se le tiene por soberanista. Errejón ha pensado que, con ese palmarés, es la mejor baza para enfrentarse a Jaume Asens,  no menos soberanista.

O la opción de este candidato ha sido dictada por ir a contra reloj o ha sido pensada y decidida meticulosamente. En todo caso, sorprende que un partido nuevo, que se dice de la nueva izquierda y de la nueva política, recurra a la antigualla del nacionalismo. Más todavía, Errejón –forzado o no por las circunstancias--  no escarba en la izquierda sumergida no nacionalista  para competir (digámoslo claro) con los Comunes, soberanistas de día y rojos a la luz de la Luna. Tal vez ignore que el censo demográfico de la izquierda mendicante tiene sus límites. A decir verdad el prudente Errejón no era inmune a las salidas de banco de su hermano mayor. Errejón no tiene el reloj en hora.

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