martes, 5 de septiembre de 2017

El paro, el rayo que no cesa



Es un desastre. Los datos del paro del mes de Agosto son un desastre sin paliativos. Cerca de 180.000 parados más y una pérdida de afiliados a la Seguridad Social de cerca de 270.000 personas. Un desastre que el Gobierno y sus masoveros intentan disfrazar como una consecuencia de la recuperación, un argumento tan falso como obsceno.

Vale decir que algunos han errado en su análisis. Achacan este brutal descenso al sector de la ocupación turística. Falso. Los datos indican a las claras que la pérdida se ha dado en los sectores de la educación (59.906), la industria manufacturera (20.618) y la construcción (17.410).

Un mazazo para las personas que han perdido sus empleos, ciertamente. Pero también una llamada de alerta para aquellas almas de cántaro de todos los pelajes que habían creído (o aparentado creer) que la recuperación había llegado. Datos tan sangrantes como, por ejemplo, los de Cádiz donde la suma de los precarios y los discontinuos supera ya a la de los fijos.

Se oye en ambientes sindicales que se preparan movilizaciones para el próximo otoño. Entiendo que no hay que inventar nada: ahí está la cita de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente 7 de octubre de 2017, pero doctores tiene la Iglesia.

 

Tengo la impresión –es sólo una impresión--  que las fuerzas políticas no están preocupadas y ocupadas por este problemón. Estoy dispuesto a rectificar si se me demuestra lo contrario. Pues al fin y al cabo la preocupación se demuestra andando y preocupándose. En todo caso la incompetencia del hombre de Pontevedra no da abasto. 




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