miércoles, 27 de septiembre de 2017

Después del 1 de Octubre ¿qué?



Después del 1 de Octubre las fuerzas políticas no tienen más remedio que negociar una salida al conflicto catalán. Las cosas no pueden seguir enquistadas y dirimir el problema a golpe de enroque. Una de las salidas que se proponen –desde luego, la más política--  es abrir un itinerario que dé paso o bien a una reforma de la Constitución o bien a la elaboración de una nueva. 

En ese sentido, vale la pena traer a colación la reciente declaración de la Comisión ejecutiva confederal de Comisiones Obreras: «Para CCOO se debería constituir sin más demora una “ponencia constitucional” en la que se abordase la reforma de la Constitución del 78, con la finalidad de dotarnos de un nuevo modelo de articulación jurídico política del Estado donde se reconozca el carácter plural de España y se regulen de nuevo los mecanismos de financiación garantizando el principio de ordinalidad (que ningún territorio salga perjudicado de su contribución a la solidaridad interterritorial), todo lo cual consideramos que se puede conseguir adoptando un modelo federal» (1). Esta es una propuesta constructiva.  Tres conceptos: negociación política, reforma de la Constitución y modelo federal.  No ir por ese camino sería pudrir la situación.

En ese contexto de reforma o elaboración de un nuevo texto constitucional el sindicalismo confederal debe y puede intervenir desde su terreno, sus prerrogativas y señas propias. No es una cuestión solamente de legítima oportunidad. Es su derecho y obligación. Poner la cuestión social en el lugar que le corresponde. Tampoco es una contrapartida sino el ejercicio de su responsabilidad. Así pues,  debe plantear importantes novaciones legislativas en el terreno del Estatuto de los trabajadores, de la reforma laboral junto a un modelo de ius sindicalismo, tan endeble en nuestro país. Al tiempo que debería plantear un nuevo modelo de relaciones laborales acorde con estos tiempos de incesante innovación tecnológica. Cualquier enroque de las organizaciones empresariales sería poner palos en las ruedas del nuevo itinerario que se precisa. ¿Hay mimbres sindicales para ello? Ahora sí. Esperemos que también los haya en la CEOE. 

En resumidas cuentas, después del 1 de Octubre: la ciudad del trabajo.  



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