lunes, 10 de julio de 2017

Ada Colau y el referéndum sobre Cataluña



El partido de Ada Colau está entre dos fuegos. En medio de los fuegos de Escila y las hogueras de Caribdis. El partido de Colau llamado coloquialmente los comunes. Entre el secesionismo y el unionismo. Por eso están recibiendo mamporros de ambas banderías.

Los últimos guantazos los están recibiendo desde el fin de semana. Su máximo grupo dirigente se reunió el sábado en Terrassa con la idea de fijar una postura de cara al referéndum anunciado (que no convocado) para el día 1 de Octubre. Debate animado –y cordial-- entre posiciones cristalizadas desde los inicios de esta formación política. Las posiciones son claramente divergentes: apoyo a la convocatoria del referéndum, apoyo crítico, negativa a participar, entre las más influyentes y llamativas. Ahora bien, al final hay que sacar conclusiones. Se requiere, pues, una síntesis, que sea capaz de representar tan diversos y contradictorios retales.

La posición que finalmente se adopta considera que el día 1 de Octubre «es una movilización en defensa del derecho a decidir y no un referéndum vinculante con validez jurídica sobre la independencia de Cataluña». Se aprueba: unos por cansancio, otros con resignación. Se considera que, a fin de cuentas, la unidad interna es fundamental.

Considero que la moción aprobada no es una síntesis, sino un artificio. Entendiendo «artificio» como procedimiento o medio ingenioso. Pero una síntesis es otra cosa. Un artificio, que es la consecuencia de un proyecto sobre Cataluña como agregación de elementos dispersos que, forzosamente, se expresa de manera no inteligible, porque las variables de ese polinomio no están vinculadas entre sí. Es más, da la impresión que cada una de ellas va por libre.

Nada sabemos acerca de lo fundamental: ¿los comunes están por la independencia de Cataluña? ¿O sólo por el derecho a decidir?; y si es así, en un referéndum vinculante, ¿qué posición se adopta? No vale decir que se da libertad de voto, pues para ese viaje no se necesitan tales alforjas. De no aclararse estas importantes cuestiones, la parábola ascendente de los comunes podría entrar en declive. Pero si se aclaran podría costarle a dicha formación la rotura de algunas de sus cuadernas. Por lo que, de momento, lo que se mantiene es la actitud del asno de Buridán.


¿Cómo salir de ese embrollo? Sugiero que se vaya en la línea de lo que plantea Manel García Biel: «Hay que dar la espalda a la convocatoria del 1-O y empezar a preparar ya para el 2-O una alternativa para impulsar una propuesta que se pueda defender en  todas partes, con el máximo de alianzas en defensa del carácter plurinacional que hace falta que tenga el Estado y donde se pueda hacer una propuesta de ensamblaje político de Cataluña». 

No hay comentarios: