lunes, 20 de julio de 2020

De nuevo los escuadristas


Han reaparecido las escuadras, todavía sin correaje, de los llamados comités de defensa de la república.  Precisamente cuando en Cataluña tenemos diversos brotes realmente inquietantes del virus. No se conoce ninguna desautorización por parte del gobierno catalán. Silencio de ERC, un partido al que los ojos llenos de legañas atribuyen mesura y pragmatismo.  A los de Junqueras –obsesivamente preocupado porque le consideremos una «bona persona»-- también les interesa que vuelvan al monte esas escuadras, porque su toxicidad pretende ocultar la desgraciada ineficiencia de los Departamentos que gestionan, principalmente Sanidad. Este es el motivo real; la protesta por la visita a Cataluña del sexto Felipe es mera excusa.

Les es necesaria la reaparición del escuadrismo. Porque del chasco de las expectativas que levantó el procés se ha pasado al fracaso –clamorosamente visible— de la capacidad de gestión de quienes iban a conducir mesiánicamente al pueblo de Cataluña a la república. Esta gente no sabe gobernar ni siquiera un quiosco.

Más todavía, si somos un tantico caritativos podríamos echarles una mano admitiendo (provisionalmente) que la culpa del malogro del procés es de Madrit. Pero el fracaso de la gestión es cosa, sólo y solamente,  de la brigada Brancaleone de ese Torra. No es un gobierno: es un tropel de personas y personajillos que pululan por los departamentos sin tener la menor idea de cómo controlar la situación.

Y, finalmente, hay que borrar aquella acusación de «España nos mata». Que se hizo con el mismo sentido temerario de todas  las calumnias del independentismo. Porque las calumnias  no tienen necesidad «de testigos ni de pruebas», como dejó dicho Nicolás Maquiavelo en el Libro primero, capítulo 8 de los ´Discursos sobre la primera década de Tito Livio´ (Alianza Editorial, 1987). 

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