miércoles, 1 de julio de 2020

¿Cataluña musulmana o judía?




Escribe Gualtier Maldè

«Para ser independiente, Cataluña debería tener religión propia». Ha sentenciado Roger Griffin, un historiador naïf que enseña en la Oxford Brookers University.  Ver la contra de La Vanguardia de ayer. El independentismo catalán haría mal en echar en saco roto tan sugerente propuesta.

Hasta ahora se creía a pies juntillas en la formulación del obispo Torras i Bages que rezaba así: «Cataluña será cristiana o no será». Pero el obispo no concretó si esa Cataluña cristiana sería independiente o no. La propuesta del profesor  Griffin va más allá, pero al mismo tiempo presupone que el cristianismo no ha sabido o no ha podido o no ha querido que Cataluña tuviera su propio Estado. Por lo que sólo quedaría como solución la conversión masiva de los independentistas bien al Islam bien al judaísmo. No es que no cuenten las otras religiones, pero en este caso hemos de ir por lo grande. Un inciso: el muy ferviente cristiano Oriol Junqueras sería uno de los catalanes más ilustres que deberían cambiar de hábitos. Por lo demás, las luchas cainitas de los independentistas encontrarían un principio de solución a su áspera y continua refriega: el cambio de aires religiosos. Adiós, «Jesús, José y María / te doy el corazón / y el alma mía». Adiós el «cuatro esquinitas tiene mi cama». Que habría que cambiar en esa nueva normalidad religiosa. El camino: un Pacte Nacional Catalá para convocar un referéndum –unilateral o pactado, siempre vinculante— con esta pregunta: ¿Islam o Judio?

Hay una solución  –por lo menos teórica--  para evitar que ello se convierta en una guerra de religión: mandar enviados a Qatar y a Tel Aviv para ver quien aportaría más parné para los primeros gastillos de la república catalana. Plenipotenciarios para una u otra legación los hay, y de muchas campanillas: a Qatar, pongamos por caso, podría ir Pep Guardiola y a Tel Aviv la Musa del Independentismo. Voces amigas me previenen: ¿no se correría así el riesgo de internacionalizar el conflicto entre los partidarios de La Meca y Tel Aviv? Tal vez, pero alguien debería proponer la presencia de hábiles componedores internacionales.

¿Piedra de escándalo, dice usted? Recuerden cómo se hizo el gran apaño del Concilio de Nicea: el emperador Constantino repartiendo dinero a toda pastilla entre los santos padres conciliares. De donde el vínculo entre el parné y el dogma empezó a tener un carácter sagrado. Hasta tal punto que uno de los dichos más religiosos de la lengua catalana es «pagant sant Pere canta».

Addenda.--  Sería útil que en la nueva Constitución de la república catalana hubiera un artículo donde se estipulara todo el respeto del románico y la defensa de las viejas y bellas tradiciones culinarias, no sea que se cayera en el fundamentalismo, según el caso, de prohibir los ricos embutidos o el jalufo y cometer pecado en el caso de ponerse ciego con la ratafía o con el calisay. Iconoclastia sólo la imprescindible. Vale.



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