viernes, 14 de febrero de 2020

Andalucía pare otro partido


Teresa Rodríguez ha preferido ser cabeza de ratón a cola de león. Concretamente, se ha marchado de Podemos Andalucía, junto a sus compañeros anticapitalistas, con la idea –afirma--  de montar otro partido. Novedad digna de ser reseñada: Rodríguez se ha ido elegantemente. En el mundo de la política ese comportamiento es realmente insólito. Ni una voz más alta que otra, ni un gesto malcarado.

De un lado, Rodríguez y los suyos llevaban tiempo señalando que no les gustaba la deriva del grupo dirigente central, Madrid para entendernos; de otro lado, su reivindicación de más autonomía para su organización regional, siempre chocó con  la negativa de Pablo Iglesias. La apuesta firme de formar un gobierno de coalición elevó el voltaje de la tensión entre unos y otros. Pero Rodríguez fue clamorosamente derrotada por las bases andaluzas: el 97 por ciento de los inscritos votó a favor de las tesis oficiales, entrar en el gobierno. Una votación a la búlgara que no deja la menor duda de las preferencias de la militancia. Pero una cosa es la voluntad de las bases y otra la autolegitimación del dirigente que, rayana en el divismo, fija la ortodoxia que --se dice-- viene desde los tiempos antiguos. Es la Vulgata que alimenta el péplum de esa izquierda de cartón piedra, patológicamente insatisfecha.  Es la izquierda del despotismo ilustrado con el arcabuz siempre cargado y apuntando a las reformas de la izquierda pragmática. Es la izquierda del Brest Litovsk, reacia a pactar ni siquiera cómo ganar la partida. Es la izquierda que prefiere la descomposición a la recomposición de sus fuerzas. Es, por lo demás, la izquierda de conveniencias familiaristas: el reformismo pintoresco de Kichy, así en lo industrial como en lo religioso, es “de clase”, pero hecho por Iglesias es alta traición.

Rodríguez  y sus galanes moscateles van a fundar otra cabeza de ratón. Con lo que Andalucía tendrá otra oferta de izquierdas o que, por mejor decir, parece de izquierdas. Y más en concreto: un partido nacionalista, mera calcomanía del minifundio catalán de la CUP.   

Son las cosas de quienes rehúsan formar parte de unos horizontes de grandeza y prefieren el minifundio que, achicándose progresivamente, se va convirtiendo en una maceta.

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