miércoles, 15 de enero de 2020

Carta abierta a un amigo sobre mi apoyo al programa del gobierno.


«Me maravilla y reconforta que alguien que ha visto y vivido en primera persona tantísimas cosas, como don José Luis López Bulla, tenga esa ilusión desbordante ante el nuevo Gobierno, eludiendo la personalidad de su presidente, que -con todo respeto por otras opiniones- a mí me parece humanamente impresentable». Así ha hablado mi amigo Luis Garnacho –jurista en busca de mayor lucidez-- comentando uno de mis ejercicios de redacción en este mismo blog. Por eso he creído necesario responderle personalmente y, comoquiera que él lo ha hecho públicamente, un servidor le corresponde amablemente con el carácter abierto de esta respuesta.

Querido Luis, me alegro de que te reconforte mi posición sobre el nuevo gobierno. Ahora bien, no entiendo que te maraville, pues lo extraño sería que yo mostrara desinterés  por el programa de gobierno. Un programa que, como sabes, es inseparable «de la personalidad de su  presidente».  Que a ti te parezca que Pedro Sánchez sea «humanamente impresentable» ni quita ni añade nada substancial al programa de la coalición progresista.  De entrada se trata de una opinión subjetiva que entraría en el campo de la psicología, que es un tema ignoto para un servidor.

Querido amigo, no se trata de una «ilusión desbordante» sino de un interés concreto, material. Así, pues, ¿debo ser indiferente a que una parte significativa de las exigencias de mi familia numerosa –el sindicalismo confederal--  se hayan plasmado en un programa de gobierno? ¿debo decir ¡psé! a la posibilidad de que se entre en un nuevo ciclo de conquista de derechos en los terrenos sociales y ecológicos? Así que entiendo que realmente ni te maravilla ni te reconforta mi posición sobre el particular, sino que, como pretexto, muestras  tu desacuerdo con el presidente del gobierno. Tus motivos tendrás. En todo caso te hago ver lo siguiente: recuerda al famoso hugonote, el cuarto Enrique de Navarra con su «París bien vale una misa». Pura política.  Por eso te digo laicamente que trascender la reforma laboral bien vale el apoyo a Pedro Sánchez. Pura política, repito. Más todavía, si el presidente del gobierno se compromete con el programa sería estúpido que respondiera que eso es pura comedia, que lo incumplirá a las primeras de cambio. Mi respuesta es, por lo tanto, «¡adelante!», y ante cada situación concreta posterior actuar de manera concreta. Más todavía, si se incumple tendré que interrogarme que  responsabilidad me corresponde a mí. Se supone que me entiendes, viejo amigo. Por eso he inspirado la puesta en marcha de una plataforma de apoyo al programa del gobierno. Lee bien: de apoyo al programa de gobierno.

Esta propuesta tiene esta justificación: a muchos nos interesa el contenido del programa, por eso –para que tenga más posibilidades de aplicación--  es conveniente que haya muchas personas que lo apoyen. Es un (implícito) pacto de ciudadanía. 

Querido Luis, entiendo perfectamente que estás resabiado contra Pedro Sánchez. Tus posiciones sobre el pleito catalán, muy cercanas al minifundio de Ciudadanos, nos distancian. Pero, si no las conviertes en política laica (en el sentido que Palmiro Togliatti daba a esa expresión) corres el riesgo de transitar hacia la droite divine, que es una merindad independiente de las derechas de secano. Más todavía, creo que deberías repensar el famoso apotegma de «fiat iustitia et pereat mundus», que con ánimo campeador distingue a la Brigada Aranzadi. Y aquel «Summus ius summa inuria» del que ya os previno a los juristas vuestro padre Cicerón. He dicho a los juristas, porque los rábulas están justamente para que no se arregle nada y salga el Sol por Llavaneras.

Un abrazo. 

 Tuyo en Anselmo Lorenzo, JLLB



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