miércoles, 20 de noviembre de 2019

Tiempos de dificultades, tiempos de coraje



«La principal responsabilidad del menor crecimiento de las principales economías, el más bajo en tres años, y de la debilidad anticipada para los próximos trimestres es la incertidumbre inversora global generada por la amenaza de las guerras comerciales, tecnológicas y de divisas». Es lo que afirma un grupo de destacados economistas españoles en el artículo (clica aquí) Tiempos de dificultades, tiempos de acción, firmado entre otros por Emilio Ontiveros, Antón Costas y otros académicos en El País, 19 de Noviembre de 2011.


Es sobradamente conocido el rigor científico y la prudente ponderación  de los firmantes. De ahí que sus atinadas observaciones interpelan a la llamada clase política, a los sujetos sociales y económicos, empezando por quienes están, así las cosas, en la obligación de formar y facilitar la puesta en marcha de gobierno en España. Porque –repetimos para los que tienen la pija manía de leer en diagonal--  estamos ante «una incertidumbre inversora global». La desaceleración más pronunciada se da en nuestro patio de vecinos europeo, que puede agravarse en España si no se vislumbra una salida al conflicto político en Cataluña.  

Nicolás Maquiavelo advertía «que los antiguos romanos no se preocupaban solamente de los desórdenes del presente, sino también de los del futuro, y evitarlos por todos los medios». (Capítulo III de El Príncipe). Pues bien, estamos ante una aproximación a los desórdenes de un inmediato futuro con una serie de propuestas realistas y factibles.

Bruno Estrada, economista y asesor de Unai Sordo, es otro de los firmantes de este artículo que comentamos. La súbrica de Estrada tiene una significación especial, toda vez que, en cierta medida, implica a Comisiones Obreras. De donde puedo suponer que la responsabilidad de dicha firma se orienta a un compromiso del sindicato con lo que se predica en el artículo. De ahí la pregunta: ¿qué estrategia llevará a cabo CC.OO. en el nuevo cuadro de incertidumbre y (posible) gobierno de coalición de izquierdas? Qué decir, pues, ante temas tan relevantes como la política de rentas, el hecho tecnológico, el welfare, el coste del trabajo y otros.

Punto final. El artículo habla de la necesidad de reformas. Es previsible que, en ese sentido, las derechas no atiendan a razones. La derecha una y trina irá a degüello. Por lo que es presumible que se opongan en redondo a cualquier medida por modesta que sea. Así las cosas, sería de desear que los sindicatos y las organizaciones empresariales pongan en marcha, en aquello que les incumbe, un buen paquete de negociaciones. No es una suplencia del papel de los partidos que se opongan a las negociaciones, sino afrontar con coraje estos tiempos de  coraje.

P/S.--  Coraje, el que tiene mi amiga Carme Xena para afrontar los problemas.    

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