viernes, 25 de octubre de 2019

La propuesta de En Comú--Podem




Si yo tuviera malafoyá le diría a En Comú—Podem que han hecho una oferta electoralista. Pero ni tengo ese don excelso de la nación granadina ni creo que la propuesta de los comunes sea electoralista. Eso sí, se ha hecho en el contexto de la contienda electoral. Pero en el caso de que fuera electoralista, lo es tanto como la que disgusta a Pablo Iglesias el Joven, a saber, que la exhumación de la momia no se haya retrasado hasta después de las elecciones.

Estamos hablando de la propuesta que ayer hicieron en Barcelona Pablo Iglesias, Ada Colau y Jaume Asens en una rueda de prensa que, como es sabido, es uno de los armatostes del electoralismo. Resumiendo para no fatigar al lectorado: creación de sendas mesas de partidos (una en el Parlamento español y otra en el autonómico) para dar una salida a la crisis política. Alguien con furor electoralista podría acusar a los comunes de que están guisando con las sobras de otros festines. Ahora bien, para desmentirlo está la novedad de la propuesta comunero—podemita. El objetivo de esas mesas no sería  la independencia sino el encaje de Cataluña en España. Se trataría, por lo tanto, de cosas de tanta fisicidad como la enseñanza y la sanidad, la financiación autonómica y otros alimentos contra la anemia. Prudencia, pues, la que demuestra con esta oferta el árbol comunero—podemita. «Los dioses aman a los prudentes y aborrecen a los malvados», que dijo Atenea en el Ayax sofocleo. Téngase en cuenta que los tres (Iglesias, Colay y Asens) son de Letras.

Naturalmente esta prudencia queda compensada por los efectos del péndulo. A continuación añaden que no abandonan sus objetivos de la autodeterminación de Cataluña. O lo que es lo mismo, para no despertar sospechas guiñan el ojo como quien dice que «seguimos siendo de los nuestros». No sea que se sospeche que somos de la acera de enfrente. Genio y figura. La botella siempre debe estar medio vacía. Con todo, soy de este parecer: a) léase atentamente y en positivo la propuesta que hemos comentado; b) es exigible que En Común—Podem rellene la propuesta. Esto es, debe darle contenido para saber a qué atenernos.

Por lo demás, reparen ustedes que esta propuesta comunero—podemita tiene ciertas semejanzas con lo recientemente planteado por el vicepresidente de la Generalitat y segundo espada de ERC, Pere Aragonès. Más todavía, la propuesta de los comunes no desagradaría a los de Miquel Iceta.  Ahora bien, concretar todo esto con un itinerario  a tres que fuera provechoso es más complicado que una ecuación diofántica. Pero no imposible.

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