martes, 11 de septiembre de 2018

La lucidez del PNV





Mientras sigue la rondalla, que nace de la empanada mental de Puigdemont y Torra, el Partido Nacionalista Vasco intenta poner un tantico de sentido común. No es la primera vez, pero en esta ocasión hay que destacar la contundencia de su mensaje, que tiene especial relevancia porque se envía el día antes del 11 de setiembre, convertido hoy en una jornada particular.  

Andoni Ortúzar, presidente del PNV, ha mandado el siguiente recado: «Es el momento de que cada uno defienda sus intereses, pero sin ponerse condiciones imposibles los unos a los otros». Lo puede usted leer en La Vanguardia de hoy, martes. A eso se le llama hacer política. A simple vista parecería que se dirige a los dos contendientes del litigio. Pero un lector avisado lo entiende perfectamente: le está diciendo al independentismo asilvestrado que se deje de cuentos chinos y se meta en la harina de la política. Es, además, una manera elegante de expresar el desacuerdo por lo que está haciendo el eje Waterloo – Barcelona. Golpe de hierro con guantes de seda. Sabemos que en las covachuelas de la Generalitat ha caído como jarra de agua fría.

El PNV sabe por propia experiencia que la negociación sobre objetivos imposibles conduce no sólo a un callejón sin salida sino al anuncio de una derrota. Sin embargo, el naïf tándem de Puigdemont y Torra todavía no han caído en la cuenta.

No es la primera vez que el PNV le tira de las orejas al independentismo asilvestrado: ya el año pasado, por estas mismas fechas, le dio un sonoro  cogotazo cuando Puigdemont deshojaba la margarita de proclamar o no la república catalana. Ahora, el tándem tensa más la cuerda y parece desear que la competición alocada de Pablo Casado y Albert Rivera –tanto monta, monta tanto--  acabe nuevamente con la aplicación del artículo 155. La zahúrda, es la zahúrda.

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