sábado, 15 de septiembre de 2018

Cambios en la política española




El panorama político de España ha dado un giro que conviene reseñar. Aunque las derechas siguen consociadas en su cerrazón sobre el problema catalán, el gobierno de Sánchez ha provocado una discontinuidad en torno a dicha cuestión. Las derechas mantienen el erre que erre, alzando amenazadoramente el dedo índice del artículo 155, pero el PSOE ya no es el de las vacas sagradas que hasta antes de Pedro Sánchez formaban la santa alianza de leña al mono hasta que hable inglés. Un giro notable, bien visible en la arena política. Es la hora de meterse en harina, no de mantenerse en la ciénaga.

Hace unos días, el PDeCat –es decir, los neoconvergentes— propusieron  una moción en el Parlamento que instaba al gobierno a entrar en el terreno del diálogo. Contaban, se ha dicho, con el apoyo de Esquerra Republicana de Catalunya.  El grupo parlamentario introdujo una enmienda: dentro de la ley. En un primer momento los independentistas estuvieron de acuerdo. Pero en el momento de la verdad, o sea, cuando hay que entrar por uvas, Esquerra se retiró: una parte de sus bases amenazaron con liarla. Tampoco era del agrado de un sector del PDeCAT. El lío fue tan caballuno que el mismo Campuzano, portavoz de los neoconvergentes, puso su acta de diputado a disposición de la dirección del partido.  Se truncó el verso del bolero: lo que pudo haber sido y no fue se hizo realidad.

Ahora bien, el gobierno de Sánchez –a través de su portavoz Isabel Celaá--  ha planteado recuperar dicha moción. Demuestra así que el «diálogo» no es una chuchería del espíritu, ni algo de quita y pon.

Efectivamente, sigue la tensión entre el «Santiago y cierra España» y la necesidad de abrir un compromiso «dentro de la ley» que gradual y fatigosamente podría –he dicho podría--   encontrar una salida juiciosa. Sigue la tensión, es cierto. Pero las cosas están cambiando. No echaremos las campanas al vuelo porque los puentes de mando de los  confusos campanarios independentistas mantienen se mantienen en sus numantinos trece.

Pronostico que habrá un cambio en la opinión pública española con respecto al problema catalán. Y parece incubarse una, de momento, tímida adhesión al diálogo. Políticamente lo auspician el PSOE, Podemos y el PNV.

Eppur si muove. Mientras tanto, Casado y Rivera mantienen su pugna a la espera de quien mea más largo. Y en Santa Fe, capital de la Vega de Granada, maduran la cosecha de membrillos.

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