domingo, 2 de mayo de 2021

La ´lógica´ de Waterloo

Sabemos que si a = b,  y b = c, a es igual a c.  Nos lo enseñó Aristóteles y a partir de ahí el hombre pisó la Luna. Los académicos llaman lógica a esa fórmula. Sin embargo, corren por ahí –en los alrededores de Waterloo—  gentes que parecen impugnar ese postulado. Por eso no pocos de nosotros tenemos dificultades en descodificar las formas de darle vueltas a la cabeza de ciertos sectores del independentismo catalán, concretamente el que se encuentra en esa cáfila de grupos de Junts per Cat. O sea, los de Puigdemont, Jordi Sánchez, Laura Borràs y el rescoldo de aquel Quim Torra. Las maneras de razonar de estos personajes es un amasijo de anacolutos, ocurrencias y paralogismos cada vez más sorprendentes. Que para mayor extrañeza parecen chapapotes del trumpismo derrotado, que no vencido.     

Así pues, el resto de los mortales, siempre que tengamos los tornillos medianamente ajustados en la cabeza, lo que digan los arriba mencionados nos parece incongruente.

Es incomprensible que, desde el 14 de febrero cuando se celebraron las últimas elecciones con la victoria de Salvador Illa, los independentistas –para entendernos, Pere Aragonès y los de Waterloo— no se hayan querido poner de acuerdo para el reparto de los enseres de la casa y la túnica sagrada.

La lógica política afirmaría que los de Waterloo deberían estar interesados en formar parte del gobierno catalán para no estar al margen de la lluvia de millones de los fondos europeos contra los efectos de la pandemia. Porque en la oposición solo podrían ejercer el derecho al doble pataleo: contra Pedro Sánchez y, también, contra Pere Aragonès. Con el desgaste que eso les comportaría. De ahí que –si aplico la lógica aristotélica--  me inclinaría a pensar que puede haber gobierno de las dos principales fuerzas del independentismo catalán. Eso sí, demostrando Waterloo que se forma gobierno cuando a él le sale de la cruz de los leotardos. ERC, así las cosas, seguiría siendo un sujeto ancilar, aunque formalmente detentara la presidencia de la Generalitat.  El plazo para el amancebamiento vence el 26 de Mayo, mes de las flores.

Pero hemos quedado anteriormente que ese personal establece los mecanismos del razonar de otra manera.  Dicho caritativamente, de una manera presocrática, fracción garrula.

Por lo que puede pasar cualquier cosa, ofreciendo gratuitamente  lecciones a las derechas madrileñas --«con una falda de percal plancha / y unos zapatos de charol / en el mantón de flecos rebujá a modo de Virolai madrileño»--  de cómo construir y desarrollar un relato de nacionalismo de campanario. 

 

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