sábado, 25 de agosto de 2018

El cava Codorniu y el independentismo




Mientras el independentismo catalán se mantiene en sus tronados trece, sigue el proceso de ´desnacionalización´ de Cataluña.  Este es un proceso que viene de muy atrás mediante la reestructuración de la economía en el contexto de la globalización interdependiente. Es algo que no ven ni siquiera los adversarios del nacionalismo. Es un proceso que no se detiene. Los símbolos y la retórica de la política no llegan a ser parches sor Virginia.

Veamos: la familia Raventós, catalana desde los tiempos de los layetanos, acaba de vender el grupo de cava al fondo norteamericano Carlyle. O sea, el famoso cava Codorniu está ahora en otras manos. Es el signo de los tiempos. La empresa Raventós –el grupo industrial más antiguo de España con cerca de quinientos años de actividad--  deja de ser ´nacional´ y se convierte, como cualquier trasnacional, en apátrida, aunque disfrazada con la bandera de las barras y las estrellas.

No es una anécdota. Y, como hemos referido, no se trata de un hecho aislado. Sin embargo, en las covachuelas de la Generalitat y la casona de Waterloo esta novedad no ha merecido el menor comentario. El nacionalismo no está para estos asuntos. Lo suyo es construir castillos en el aire.    



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