domingo, 5 de agosto de 2018

Contra Daniel Ortega, el de Nicaragua



Carlos Mejía Godoy, el legendario cantautor de la revolución sandinista, se encuentra auto exilado en Costa Rica. No hace falta presentarle, pero sí es necesario recordar que su música fue la banda sonora de aquel movimiento revolucionario. Uno más que deja en cueros vivos a Daniel Ortega, que – al decir de Pepe Mugica, padre noble de la izquierda latino americana, se ha convertido en un autócrata. Tres cuartos de lo mismo viene diciendo desde hace ya largo tiempo Ernesto Cardenal a quien tanto queremos. Le recuerdo en Barcelona, junto al profesor José María Valverde,  en la sede de Comisiones Obreras de Cataluña, explicando el carácter de la revolución sandinista. Y tengo en la memoria el formidable movimiento solidario del sindicato y entidades cívicas barcelonesas con el pueblo de Nicaragua. Comités de empresa y los barrios recogiendo material escolar, medicinas, ropa y todo lo que encartara. Y el gran Miguel Núñez organizando Las Segovias. Todo por Nicaragua, Nicaragüita.

Daniel Ortega se corrompió. Y se transformó en un «autócrata». Ortega ha disparado contra el pueblo. Ese pueblo por el que Mejía Godoy está llorando ahora.

Los formalmente herederos de la izquierda política que, en aquellos entonces fue carne y una de los sandinistas, está de perfil ante Ortega. No dice ni oxte ni moxte. Ni siquiera un comunicadillo de prensa. Ni una beata resolución. Los jóvenes de la llamada «nueva política» ignoran dónde cae Nicaragua. Por lo demás, hay un grueso de almas de cántaro que ni siquiera se angustian por la situación de aquel pequeño país. «No hay que hacerle el juego al imperialismo», afirman con obscena parsimonia. Pero, eso sí, le hacen el juego a este Tirano Banderas, que le viene que ni pintado al imperialismo.  Ni siquiera se mueve esa cofradía multiusos de los abajofirmantes.  Serán las calores.

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