De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda una
palabra en los ambientes políticos. Es la transversalidad.
Se trata de un vocablo –Unamuno lo llamaría
voquible-- usado de una manera tan
recurrente que todos simulan entender, a pesar de que se utiliza lo mismo para
un barrido que para un cosido. La transversalidad que compite con otra palabra para
figurar en el primer puesto del pódium: relato,
pero de ésta hablaremos en otra ocasión.
Hay sindicalistas que usan a destajo la palabra de
marras, siendo recurrente su uso a la hora de argumentar unos u otros
planteamientos. Es como si un argumento no tuviera credibilidad ni fuerza
expositiva si no fuera acompañada de tan rotunda palabreja. Pongamos que hablo
de los razonamientos que se dieron por parte de los sindicatos catalanes para
participar en la manifestación convocada por las entidades soberanistas: “acompañamos
a las organizaciones convocantes de la manifestación, porque se trataba de un acto transversal”. Pero que sea un acto
transversal no quita ni añade argumentación ni a favor ni en contra a la hora
de decidir si se acompaña la mencionada movilización.
En todo caso, la relación machacona entre acto
trasversal y justificación del acompañamiento hace suponer que transversal, en
ese caso, es sinónimo de pluralismo político. Pero todo pluralismo político
tiene sus límites. O si se prefiere, la transversalidad no es ilimitada. Porque
todo acto plural no es completamente transversal. La prueba del nueve indica
que más de la mitad de la población catalana no es independentista. Con lo que
el argumento sindical no tiene consistencia. Más todavía, el pluralismo
político –o la transversalidad-- no es
lo determinante en la relación entre el sindicalismo confederal y las fuerzas
políticas y otros movimientos y en la acción que promueve el sindicato. Lo
determinante del sindicato es su propio pluralismo social: de sexos,
intergeneracionales, de oficios, de situaciones en el trabajo, territoriales.
Este, este pluralismo.
Otro día hablaremos de lo que también se abusa a
discreción, a saber, el relato.
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