domingo, 13 de mayo de 2018

El alocado discurso de Quim Torra




El candidato a la presidencia de la Generalitat, (im)puesto por el hombre de Berlín, ha presentado su discurso de investidura. Responde al nombre de pluma de Quim Torra y ha sido recibido con diversos calificativos: el Masovero (Joan Coscubiela) y el Vicario (Enric Juliana), que responden a la perfección de la vinculación de este caballero con el hombre de Berlín.

Tras el dedazo de Puigdemont, el candidato concede una entrevista a Tv3. En un momento dado nuestro hombre, al que sus parciales le atribuyen una potente capacidad intelectual, se suelta el pelo y bombásticamente afirma que «Cataluña tiene una grave crisis humanitaria». La militante audiencia televisiva lo cree a pies juntillas. Orgasmo mental. No es un tuitter fabricado por unos dedos espasmódicos, es la voz de quien se ha preparado antes de entrar en el plató. Posiblemente algunos de nuestros intelectuales del movimiento amarillo habrán exclamado que ya era hora de dejar las cosas meridianamente claras. Crisis humanitaria. Que no fue una improvisación lo demuestra el hecho de que tal formulación, crisis humanitaria, volvió a repetirla en el discurso de investidura. Ahora con más proyección, toda vez que determinados canales retransmitieron dicha sesión. Estupor en toda España y parte del extranjero. Cataluña ya no es, según el candidato, el país donde se atan los perros con longaniza.

Y como Cataluña sufre una crisis humanitaria es preciso, según el candidato, ponerse manos a la obra para  abrir –no dijo cómo--  un proceso constituyente republicano. Puigdemont en estado gaseoso. Los problemas reales de la gente de carne y hueso se solucionan con proclamas simbólicas, con espejismos milenaristas. Todo queda pendiente a unas hipotéticas calendas graecas de la independencia. Diarrea a granel.

Algunos comentaristas atribuyen el locuelo discurso a una búsqueda compulsiva del voto favorable de la CUP. No tal, el caballero dice lo que piensa. Es la hechura del hombre de Berlín.

El candidato Torra insistió ad nauseam en el mismo proyecto que distinguió los momentos más álgidos del procés. Alejado años luz del posibilismo del candidato Turull, que se disfrazó de noviembre para no infundir sospechas. Torra o la reedición de Puigdemont –el «puto amo», según afirmó la musa del independentismo--  en estado gaseoso. Ahora bien, si este Torra propone reiniciar el itinerario del procés es porque, en pura lógica ha fracasado. Un fracaso real, que no simbólico.

Ya lo saben ustedes: los votos de la CUP impidieron que saliera investido el candidato. Han empezado las apuestas sobre qué hará esta formación el próximo lunes. Los cuperos consideran que el caballero es más de derechas que John Wayne. Mañana lo sabremos.



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