«No existe un derecho
constitucional al abuso y al despilfarro». No fue Kant
quien lo dijo, al menos con estas palabras. Ha sido el fiscal Luzón en el juicio, conocido como el de las
tarjetas black de Caja Madrid. Me
pregunto si era necesario que un apotegma de estas características se afirmara
tan solemnemente y en el marco de un juicio de tanta relevancia. Mi respuesta es: claro que sí. Digamos con Brecht que si hay malos tiempos para la lírica, también
son malos los de la ética. Por eso es necesario recalcar estas obviedades.
Lógicamente, la frase del fiscal que los medios han celebrado mayormente ha
sido que «todos hemos pagado el funeral de Bankia». Si algún parroquiano la hubiera dicho
en el mostrador de una taberna, algún remilgado la habría calificado de
panfletaria.
Sin embargo, tal como está la
lírica, la primera frase adquiere una potencia mayúscula. Porque el inmenso
estercolero que se ha ido acumulando desde hace años en España partía del
convencimiento de una serie no pequeña de truhanes de creer –y hacer creer—que
tenían derecho al abuso y al despilfarro. Por ser ellos quienes son. También
porque se había ido consolidando este concepto: yo estoy de acuerdo con mi
corrupción y en contra de la tuya.
En todo caso, tengo para mí que
Bankia es un ejemplo curioso: los implicados eran simultáneamente corruptores y
corruptos. En fin, si esto no es así ¡que venga Kant y lo vea!
Radio Parapanda.-- Borrasca, https://encampoabierto.com/2016/09/28/borrasca/
(Javier Aristu)
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