Mientras
los trabajadores de limpieza y jardinería de Madrid estaban en huelga (de la
que salieron unidos y victoriosamente) una serie de centros de trabajo del
sector industrial estaban, igualmente, ejerciendo el conflicto (1). Pero
mientras los primeros tuvieron una espectacular visibilidad en su acción
colectiva, los segundos parecían confinados en el interior del perímetro de sus
empresas. A simple vista, pues, parecería que las huelgas en la industria están
destinadas a ser –por decirlo de alguna manera—ocultas a la opinión pública o
no ser publicitadas. Y, sin embargo, esto no fue así en otros tiempos.
Hasta hace
relativamente poco, los conflictos industriales han tenido una espectacularidad
considerable. ¿Qué ha ocurrido? ¿Tal vez el la disminución de los trabajadores
industriales es, en parte, la consecuencia de ello? ¿es quizás la inadecuación
de la estrategia mediática de los organizadores de esos conflictos o es el
propio sindicato quien adolece de una publicitación del ejercicio del conflicto
en dichos sectores? Porque, ciertamente, en otros tiempos no siempre fue así.
Primero.
Parto de la siguiente consideración: las huelgas en los sectores públicos o las
que afectan a los sectores al público tienen como característica, a efectos de
lo que me propongo decir, la tradicional confrontación entre la empresa y los
trabajadores en conflicto pero a la vez sus consecuencias afectan, de una u
otra forma, a la ciudadanía que usa tales servicios; en la industria el conflicto se refiere a las
dos partes de siempre, sin que parezca que hay terceros involucrados. De manera
que, en el primer caso, por razones obvias la visibilidad está asegurada,
mientras que en el segundo escenario, por lo general, el conflicto no pasa de
las puertas del centro de trabajo.
Segundo. Así las cosas, parece oportuno reclamar una
mayor atención a cómo se arropa un conflicto industrial (nos estamos refiriendo
en el centro de trabajo) a través de una llamativa técnica mediática. Cosa que,
naturalmente, debería empezar por los trabajadores afectados. Tal vez buceando
en el interior de la historiografía del movimiento sindical podamos encontrar
unos referentes útiles al respecto. En todo caso, llamo la atención de un hecho
evidente: es magnífico el derroche de ingenio que aparece en las redes sociales
ante cualquier circunstancia. Busquemos también por ahí.
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