domingo, 10 de julio de 2022

Yolanda Díaz, nuevos—viejos desafíos


 

De momento Yolanda Díaz ha conseguido que no pocos militantes –unos de la izquierda que sigue en el tajo y otros de la izquierda sumergida--  empiecen a entusiasmarse. El acto de Madrid de presentación de Sumar y el seguimiento on line del mismo lo evidencian. Habrá contagio, lo intuyo, en cada lugar donde la combativa ferrolana presente su proyecto.

En principio hay entusiasmo por una mujer que ha demostrado: su eficacia en todo un escenario de realizaciones sociales en tiempos de pandemia, su solvencia en toda una trama de negociaciones y un carácter temperado en los momentos de aspereza en el gobierno progresista de coalición. En suma, Yolanda es una mujer de gran formato.

Sus innumerables seguidores esperan de ella posiblemente algo más de lo que puede hacer en estos momentos.  Porque, yendo por lo derecho, lo que plantea esta dama ferrolana no es diferente de lo que proponen las diversas almas de las izquierdas: ampliación de la democracia, mejora de la condición asalariada, políticas de bienestar y derechos de ciudadanía dentro y fuera del ecocentro de trabajo. Sin embargo, todo indica que en la voz de Yolanda parece que es algo nuevo, algo que podría conseguirse. Posiblemente la confianza viene del balance de su tarea como ministra.

Las incógnitas vienen sobre el instrumento que –ella insiste con firmeza— propone para conseguir tales objetivos.  A saber, un movimiento. «Esto no va de partidos», afirma. Pero, dada la naturaleza y el carácter de todo movimiento, por grande que sea, siempre tiene unos límites que, sin son traspasados, son fuente de divisiones al por mayor. ¿Será, entonces, un movimiento de movimientos con la idea de representar todos los afectados de tantas y tantas patologías sociales? Sin duda, de ser posible, crearía un entusiasmo que, aunque importante, no necesariamente crearía una relación de fuerzas parlamentaria a la altura de esos andares del movimiento o del movimiento de los movimientos. Experiencias se ha atravesado a lo largo del siglo XX y de lo que llevamos en curso. Lo que sí está claro es que si se opta por «el movimiento» la propuesta del infatigable y querido amigo Isidor Boix («Yolanda, necesitamos ´leninismo siglo XXI´») es radicalmente inviable, a parte del misterio que encierra saber qué es el ´leninismo´del siglo XXI´ (1).

¿Será, entonces, que Yolanda está proponiendo un proyecto por fases? «Esto no va de partidos», ahora.  Y andando el tiempo, observando todos y cada uno de los elementos que aparecen surgiría el «ahora la cosa está madura para hacer partido».

Sea como fuere, Yolanda está generando entusiasmo y, montada en su alfombra voladora, se dispone a atravesar los cuatro puntos cardinales de España. Le deseo suerte, también en Cataluña.

(1)         https://isidorboix.wordpress.com/2022/07/02/yolanda-necesitamos-leninismo-siglo-xxi/?fbclid=IwAR2v2PReOg82QgTFkD7bUrUeALgXyTQaAtkq0NqkOVNfYduP4FtjFAbVzzs

    

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