jueves, 14 de julio de 2022

Mis sorpresas en el debate parlamentario


 

El debate sobre el Estado de la Nación me ha sugerido tres breves meditaciones: el discurso del Presidente del Gobierno, la bisoñez del Partido Popular y la sorpresa del pintoresco diputado Rufián. Las inmisericordes calores han impedido que siguiera reflexionando sobre otras cuestiones e incluso mejorar las que vienen a continuación.

1.--- Me ha sorprendido gratamente el planteamiento que ha hecho Pedro Sánchez; dejemos a los sabihondos que presuman de no haberse sorprendido. Es un conjunto de medidas necesarias en esta difícil situación y, ciertamente, valientes. Tienen, por así decirlo, una mano de pintura socialdemócrata. Si desde el PSOE se sabe y se quiere organizar un trabajo de acupuntura por toda España de explicación de las medidas, de un lado, y el mensaje de Yolanda Díaz hace su recorrido, se puede presumir con fundamento que el potencial de la izquierda sumergida puede salir a flote. O debería ser así.

Ha sido un discurso que ha pillado a la oposición, derechas y ultras, con los meados en el vientre.

2.--  Acostumbrado a la mentira y calumnia, habituado a los fakes y regüeldos varios, los portavoces del PP han resbalado estrepitosamente: así la oradora oficial, Gamarra, como el primer dirigente, Núñez Feijóo en diferido,  ad portas del hemiciclo. Seguramente esperaban otro discurso, un ´más de lo mismo´, y se encontraron con un golpe de timón sorprendente. La Gamarra leyó el discurso que venía cocinado por su logógrafo de cabecera donde sorprendentemente sacaba a relucir a ETA. Por su parte Feijóo interviniendo oficiosamente en el debate se mostraba rajoyanamente indeciso ante las medidas. Tampoco se esperaba el chaparrón de Pedro Sánchez. Feijóo, en todo caso, no habló de las medidas económicas después de sus últimos tropiezos en la materia, todos ellos tratados caritativamente por los medios oficiales y extraoficiales.

3.--  Rufián es el portavoz parlamentario del partido europeo más confuso, ERC. Mi sorpresa no fue el gesto de las balas, porque no se trataba de un acto político sino publicitario. Igual podía haber sacado el calcañar del hombre de Atapuerca. Mi sorpresa es que no dijo ni mú de Cataluña. Para el primer partido independentista de Cataluña ese silencio en Madrid, en este debate parlamentario, querrá decir algo que a un servidor se le escapa: por culpa de las calores, mire usted.   

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