martes, 28 de noviembre de 2017

La inverecundia del Cardenal Cañizares; la templanza de Agustín Vega



Mosén, hace tiempo que me pregunto si usted está en sus cabales. Se pasa usted la vida incordiando a todo bicho viviente, reinterpretando al Aquinate según le sale de los pliegues de la sotana, intentando  amargar la vida a propios y extraños. En fin, llenando de oscuridad las luminosas tierras de Levante. Mosén, ahora ha predicado usted que el independentismo no puede ir al Cielo. Exactamente ha dicho: «los independentistas no son buenos católicos».  Pero prudentemente calla a dónde iremos los que no somos independentistas. ¿Tacticismo, Mosén?

Me pregunto, caballero, si entonces Oriol Junqueras –católico y sentimental, dejemos lo de feo--  irá al Paraíso o sus huesos penarán por los siglos de los siglos en las calderas de Pedro Botero. Debe aclararlo, Mosén. Además, tiene que dar razones por las que el pueblo santo del independentismo –joaquinitas, fraticelli y demás órdenes menores--  tiene vedada su entrada en el Cielo. Urge saberlo, Mosén.

Ni siquiera M punto Rajoy se ha atrevido a tanto. Tampoco el artículo 155 de la profana Constitución Española ha osado meterse en tan pantanoso berenjenal. Por suerte, los independentistas tienen al (también ultramontano de laya) Obispo de Solsona que les defiende de usted, Mosén, aunque bien mirado ambos son tal para cual. Con el chocante, pero eficaz argumento paulino de que el reino del independentismo no es de este mundo. Sí, de aquel Pablo de Tarso, auténtico secretario de Propaganda del Galileo.

Mosén, a usted se le ha visto el plumero y los pliegues de la sotana. Su teologúmeno –los independentistas no irán al Cielo—  intenta que las cosas de la política sean regidas por su teología. Y así como antiguamente se decía que la filosofía era la criada de la teología, ahora pretende usted que la política sea la chica de los recados de la teología: política ancilla theologiae est. Esta fue la clave de bóveda de la homilía del cardenal Ratzinger “Pro eligendo Pontiifice”, o sea, de su campaña electoral.


A usted, Mosén, le importa un pito el independentismo, lo que quiere es la sumisión de toda la política a lo que le salga a usted de su colodrillo.

Lo que no se entiende es que el compulsivo hombre-twiter no haya salido al paso desde Bruselas. ¿Despiste o abulia?

En resumen, algún miembro de la Curia se habrá alarmado ante lo dicho por Mosén Cañizares. Y tal vez haya entendido el mensaje de mi amigo Agustín Vega Cortés que sabiamente ha dejado escrito: «Le temo más a un fanático de mis ideas que a un moderado de ideas contrarias». Que yo esculpo en mármol. Agustín Vega, uno de los padres del sindicato Comisiones Obreras de Cataluña. En la foto de arriba.
 
Radio Parapanda.--  Manuel Gómez Acosta en: https://mechinales.blogspot.com.es/2017/11/guia-de-salud-para-independentistas.html
 


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