«Es
importante tener presente que cualquier actuación del gobierno ha de ser
evaluada como si fuera siempre en nombre y con el aval del pueblo de Cataluña».
Del Informe a Carles Puigdemont
del grupo Semper Vigilans
Grup del 17 de Julio de 2017 (La Vanguardia 16 de Noviembre de 2019). Recreación catalana del famoso grito de ¡Vivan las caenas !.
Sorprendente
concepción, que ni siquiera ha merecido
cuatro rayas de la intelectualidad catalana independentista. Más parece un
texto de los teóricos nazis y fascistas de aquella vieja estampa. Dígase con
claridad: esta idea—fuerza es la que ha presidido
los códigos y la práctica de la derecha independentista, o sea, el nacional--populismo
de Waterloo y sus
franquicias. Y como en aquellos entonces (el de las viejas estampas) con un relevante apoyo de masas adobado con
la salsa de muchas almas de cántaro y la nostalgia de ciertos sesentayochistas prostáticos.
Oído
cocina: ¿han caído ustedes en la cuenta de que, en el caso de un hipotético Estado
catalán real y no imaginario, ese concepto totalitario sería el que imperara en
Cataluña? Por lo que es exigible a los que «tienen un ánimo en la plaza y otro
en palacio» (1) que rompan su dependencia política con la derecha y totalitaria
independentisa.
En
resumen, se pide a los ambivalentes de la plaza y del palacio que se alejen de
la mierda. (Jordi Amat recuerda hoy en La Vanguardia la perplejidad del poeta noucentista
López--Picó al ver una pintada en una pared barcelonesa que decía «¡Visca la
merda!»).
1)
N. Maquiavelo.
“Discursos sobre la primera década de Tito Livio”. (Capítulo 47)
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