viernes, 22 de noviembre de 2019

Muera la moderación, viva la exaltación




«Se cantaba en Cádiz en 1812, mientras una asamblea, compuesta en una tercera parte por clérigos, elaboraba una constitución:


Muera el que quiera 
moderación
y viva siempre
la exaltación.»

Nos lo cuenta el profesor Gregorio Luri desde el Café de Ocata :  https://elcafedeocata.blogspot.com/2019/11/se-cantaba-en-cadiz.html  Fin de la cita.

Y yo me digo para mis adentros que de esas corcheas vinieron muchos estrépitos, estruendos y estridencias. Más todavía, de todo lo que siguió a aquellas coplillas (y otras de signo contrario) vinieron los tumultos verbales y no tan verbales de estos, nuestros tiempos.  De aquel «¡Viva el Pae Etenno!» hasta llegar al «Desperta ferro» de nuestros días.  

Son tiempos líquidos, dicen algunos letraheridos. No digo que no. Pero tengo para mí que son tiempos de exaltación. Y, para mayor precisión, es una exaltación de mostrador de taberna. Es un estado de ánimo que tiene la palabra en poder de las uvas, aunque no necesariamente requiera esa condición. Lo digo porque hay abstemios tan iracundos como los que tienen como oficio empinar el codo.

Exaltados, los libertarianos del procés. (Ojo, no confundan libertariano con libertario). Exaltados, los rancios carpetovetónicos de secano. Anverso y reverso de la misma moneda.

Son, en todo caso, tiempos líquidos para quienes se dejan acollonar, abandonando sus propias responsabilidades. Pero también son tiempos de exaltación para los que acojonan a los líquidos.  

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