ERC es una suma de
equilibrios inestables, un conjunto de múltiples tonalidades. Una confusa
geometría fractal. Goethe
podría haberse anticipado: «En mucho color, poca claridad». Ahora, su grupo dirigente quiere zafarse de
la presión que recibe para facilitar la investidura de Pedro Sánchez endosando
sus responsabilidades «a las bases». Retomaremos el tema más adelante.
Esquerra
--«vivo sin vivir en mí»-- lleva
demasiado tiempo sumida en la confusión: quiere zafarse de la noria post post
post convergente y de su cansino bucle, pero no firma el acta de separación
definitiva. Es como si fuera el resultado borroso de los diversos equilibrios
internos: dicen que quieren hacer política, pero no se salen con claridad del
cuaderno de bitácora de los revoltosos nietos de Jordi Pujol. Peor todavía, la semana pasada el
indiciado delfín, Pere Aragonès, llamaba a la
continuación de las movilizaciones; por un lado, le decía a los post post post
convergentes que él también está por la labor de la calle; y, de otro lado, hacía un apaño entre los sectores tal
vez posibilistas y los inequívocos almogávares. Así las cosas, ERC no sólo consolida
a los post post post sino que les engorda. Demasiada inexperiencia en el grupo
dirigente republicano. Están demasiado tiernos sus dirigentes.
ERC
se encuentra en una encrucijada: o facilita la investidura de Pedro Sánchez o
se abre la posibilidad de nuevas elecciones --¡así, como suena!-- con la probabilidad de un gobierno de mayoría
absoluta de la derecha una y trina; esto último es lo soñado por Waterloo y sus sanjacados.
Lo que sería claramente perjudicial para los de Junqueras. La pregunta a ERC sería: ¿es
consciente de la importancia de esta encrucijada, sabe con aproximación cuáles
serían las consecuencias de una repetición electoral? No lo parece.
El
hecho de pasarle la pelota a las bases mediante
una consulta sin que la dirección
fije y pugne por su postura indica que quieren estar en misa y repicando. O
nadando y guardando la ropa. O son muy tiernos esos dirigentes o están llamando
oblicuamente a que las bases voten negativamente a facilitar la investidura.
He
aquí la pregunta: « ¿Estás de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro
Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con
el Estado a través de una mesa de negociación?». Donde el primer y
principal mensaje es el de «rechazar».
Puro
jesuitismo, es decir, conducta cautelosa e hipócrita basada en ciertas dobleces
mentales. Digamos que políticamente es
irrelevante tan zafia conducta moral; lo destacable es que dicha doblez mental
es, además y sobre todo, un signo de cobardía, contraproducente para los
intereses que ERC dice querer. Mi padre adoptivo, el maestro confitero Ferino Isla, diría con su
fuerte acento santaferino: «Dios le da nueces a quien no las puede roer».
P/S.-- En la foto, el maestro confitero Ceferino
Isla. Creador de los famosos piononos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario