sábado, 20 de julio de 2019

Rumbo a la investidura




Pablo sale ganando. Pedro sale ganando. La izquierda sale ganando. De acuerdo, todavía no se pueden lanzar las campanas al vuelo. Pero el gesto de Iglesias es una condición necesaria, aunque no suficiente, para avanzar en la investidura de Sánchez. De momento, el alma chusquera de las derechas finge, siguiendo la prédica del pintoresco Villegas, que todo es «teatro».  Es la derecha española siempre reacia a admitir que toda circunferencia es tres catorce dieciséis veces mayor que su diámetro.

Cierto, ahora viene una fase complicada: programa, composición del gobierno y nombres. Comoquiera que el papel lo aguanta todo –o casi todo--   las complicaciones vendrán por quiénes se sientan en la mesa ovalada de cortar el bacalao. Estoy por presumir que no se hace un gesto de la importancia de lo que ha hecho Iglesias para encallar las cosas, por lo que no habrá grandes dificultades a la hora de formar el gobierno. Así pues, no me imagino a Podemos proponiendo a Monedero como ministro. Y es posible que Iglesias sea extremadamente cuidadoso proponiendo nombres de ministrables, sean o no pata negra, tan prestigiosos como Julio Rodríguez o Juan Pedro Yllanes.

P/s.  Le comento estas ideas a un militante local de Podemos. Me dice que no entiende que Iglesias se haya tragado el sapo del veto, un atentado al honor. Le respondo que, desde la paz de Brest Litovsk, el honor se escribe en prosa. El militante no sabía que esa paz fue el sapo más grande que Lenin se tragó. 

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