lunes, 1 de julio de 2019

¿Cuándo se jodió Italia?




La reciente detención en el puerto de Lampedusa de Carola Rakete, capitán de la nave Sea Wacht 3, es la penúltima tropelía del gobierno italiano, que nosotros personificamos en su ministro Salvini. Una oleada de solidaridad se ha levantado por la joven marina en toda Europa.

Hace ya demasiado tiempo que nos vienen demasiados disgustos de Italia, de una Italia que ha cambiado radicalmente su paisaje político y social. Las grandes personalidades de la política y del sindicalismo, de la cultura y del arte que fueron grandes símbolos de la izquierda y del progreso en toda Europa están encerrados bajo siete llaves en el Panteón de las Siete Colinas. Italia ha entrado en la Noche.

Hace años que le doy vueltas a la cabeza: ¿cómo es posible que a la chita callando, durante años, haya ido desapareciendo la potente cultura de izquierdas del país de Togliatti y Sandro Pertini, de Lama y Trentin, de Visconti y Ermanno Olmi, de Rita Levi Montalcini y Anna Magnani …?  Llevo tiempo –ya digo--  dándole vueltas a la sesera. Confieso que no soy capaz de encontrar una explicación convincente. Esta noche pasada, pensando en Carola Rakete, tampoco he sabido encontrar el ovillo. 

La cosa se complica porque el problema de fondo no está solamente  en las élites. Ni es un problema italiano: ahí vemos a la flemática sociedad inglesa, que parece preferir a ese botarate de Boris Johnson; o a esos centenares de miles de catalanes que adoran al santo de Waterloo. Bueno, seguiremos dándole vueltas al magín. Pero lo más urgente es la presión porque Carola salga en libertad. 



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