martes, 30 de mayo de 2017

La bondadosa enemistad entre Rajoy y Puigdemont



En mi casa santaferina llamábamos papeles a los periódicos. Metáforas precisas de antaño. Hoy, los papeles –pongamos que hablo de La Vanguardia—informan de que los diputados de la vieja Convergència, ahora PDECAT se abstendrán en la moción de censura a Mariano Rajoy. Vale, cada cual baja las escaleras como sabe, puede o le dejan. En las últimas semanas ya ha sucedido. Tal vez sean misterios, martingalas o triquiñuelas de la política de campanario. Sin embargo, algunas se malician de que que dicha postura, la abstención, significa la concreción de la teoría de las dos velas: una a Dios, la otra al Diablo, sabiendo que ambos son (desigualmente) poderosos.  

Estas abstenciones se producen cuando la llamada desconexión está en capilla. No obstante, los mesnaderos de Puigdemont en Madrid optan por esa figura parlamentaria, que –hablando en plata--  equivale a no censurar al hombre de Pontevedra. Algo realmente chusco. Y es que los caminos de la desconexión siguen siendo inescrutables.

Puigdemont y los suyos reciben de buen grado las zalemas de Pablo Iglesias El Joven con relación al procés, también las de su Enviado en Cataluña, el inquieto Dante Fachín con su característico toreo de salón, que hoy llaman postureo. Pero no le agradecen los servicios prestados. Nos preguntamos qué hay detrás de todo esto.

Si la noticia de La Vanguardia es cierta –esto es, que habrá abstención--  cabe suponer que es un amaño de socorros mutuos. Intercambio de estampitas sobre lo que tapan las banderas: billetes, billetes verdes, adquiridos sin el sudor de la frente propia.  Claro, en el contexto de la bondadosa enemistad de Rajoy y Puigdemont. Que con la abstención juegan a pizpirigañas. Con su correspondiente cancioncilla:


Pin pineja, la mano la coneja,
conejita real, pide «pa'» la sal,
sal menuda pide «pa'» la cuba,
cuba de barro pide «pal» caballo,
caballo morisco pide «pal» Obispo,
Obispo de Roma tapa la corona,
que no te la vea la gata rabona.



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