domingo, 25 de octubre de 2015

«Haga usted limpieza en su casa»




Ya saben ustedes los últimos apuros del presidente en funciones de la Generalitat , Artur Mas, y de su partido, Convergència democrática de Catalunya. Es el tristemente famoso caso de corrupción, conocido popular y mediáticamente como del 3 por ciento. Tras las detenciones de los tesoreros del partido, los registros en ayuntamientos y sedes de empresas por orden del Juez y un alto cargo institucional, Artur Mas ha comparecido en el Parlament. Su reacción, ya lo hemos comentado en otra entrada en este blog, ha sido que todo ello es «caza mayor» contra su persona y su partido. Ha dicho, tieso como una vela, que es un ataque en la línea de flotación del proceso que llevará a la independencia de Cataluña.

Nada nuevo bajo el Sol: es el recurso al enemigo exterior que, en este caso, es Madrid, la Justicia y los aparatos del Estado. Todo un recurso viejuno. En esta ocasión, sin embargo, ha aparecido una interferencia, que no es sospechosa. Esquerra Republicana de Catalunya, el partido anfibio, el aliado principal de Mas en toda esta remanguillé  le ha exigido de manera directa: «Haga usted limpieza en la casa». Todo un uppercut en la pétrea mandíbula de Artur Mas. Ahora bien, estamos ante un extraño puñetazo que no deja tampoco en buen lugar a la lista de la coalición Junts pel Sí, de la que forma parte la misma ERC.

Sea como fuere no hay que darle muchas vueltas a la cabeza de que Esquerra está diciendo que no se traga las explicaciones, lo que supone que le está llamando mentiroso. Con lo que los problemas de Mas están fuera de su control. Y que para acallarlos necesita un pacto con Esquerra y otro con la CUP elevando el tenor de las demandas de ambas formaciones. A Esquerra puede bastarle una declaración unilateral de independencia, pero a la CUP tendrá que darle eso y algo más, que puede llevarle al ridículo de vestirse de lagarterana anticapitalista: «Paris vaut bien une messe». Lo que, como mínimo, le llevará, también, a ser el hazmerreir de las cancillerías europeas a las que pretende camelarse.


Permítanme una pregunta que creo pertinente, seguro que alguno de ustedes me despejará la incógnita: si las fuerzas soberanistas hablan de «desconexión» con España, ¿a santo de qué se presentan a las próximas elecciones generales? Al menos la CUP tiene su coherencia: como quiero irme, empiezo por desconectarme de las Cortes españolas. Deseable o no, esa es una lógica. Lo de CiU y Esquerra no deja de ser tener una puerta abierta ¡por si las moscas!   

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