jueves, 15 de octubre de 2015

El largo proceso catalán



Ha muerto Jordi Miralles, un políitico que cogió la puerta giratoria para volver a su profesión de cartero (Jordi Évole)



Les ruego que presten atención a un libro de gran envergadura que he acabado de leer. Me lo recomendó el profesor Javier Tébar sabiendo de antemano que me aprovecharía su lectura. Se trata de El llarg procés, cultura i política a la Catalunya contemporània (1937 – 2014, su autor es Jordi Amat, editado por Tusquets (2015).  Pero, antes de continuar, permítanme un ruego al autor: oiga, caballero, le pido encarecidamente que proceda a la traducción al castellano porque –entiende un servidor--  sería de gran utilidad a mis pocos amigos, muchísimos conocidos e innumerables saludados; todos ellos deberían estar al tanto de lo que usted ha relatado con ameno rigor.

Entiendo que la obra es «una rigurosa crónica de historia intelectual que arranca en plena guerra civil y se cierra con un diagnóstico de los peligros de los usos y olvidos interesados del pasado que condicionan el presente», como acertadamente se expone en la contracubierta. O, lo que es lo mismo: una exposición de lo que dijeron e hicieron, durante ese largo periodo, las personas que, a juicio del autor,  han influenciado más en Cataluña. Séame excusado no dar la lista de todos ellos por mor a la brevedad.

Como es natural tengo dos maneras de posicionarme ante este libro. Una primera que engloba el periodo hasta los años sesenta, en la que me sitúo en posición de oyente, de un oyente que aprende; una segunda, en la que contrasto lo que yo viví, que va desde aquellos años hasta nuestros días más recientes, aunque también aprenda de lo que se dice. Sobre esta segunda parte quisiera decir la mía.

El autor consolida una vieja idea que siempre me ha rondado la cabeza. Mientras Jordi Pujol, a base de meandros tácticos, iba creando y consolidando protoestucturas de Estado culturales, ya en tiempos de la Dictadura, la izquierda tenía un proyecto solamente político. Las izquierdas y Pujol tenían ciertamente el mismo objetivo: la liquidación del franquismo. Una de las diferencias más llamativas, que el libro resalta con vigor, es que los primeros tenían una concepción unitaria; Pujol, no obstante, puso el acento en que la hegemonía no estuviera en manos de la «izquierda marxista», de un lado; y en que la «cuestión social» estuviera fuertemente supeditada a la «cuestión nacional». Por eso, a pesar de los dineros que dio a la creación de un sindicato fundamentalmente nacionalista, no estuvo muy interesado en que se desarrollara y la cosa quedó sólo en un sindicato-probeta.  

El libro, además, consolida algo que algunos sospechábamos, aunque sin influir en su corrección: 1) que Pujol tenía un proyecto, apoyado por medios financieros, editoriales y prensa escrita, para Cataluña, mientras que la propuesta de «catalanismo popular», inspirada por Antonio Gutiérrez Díaz, ni se concretó ni realmente fue el eje central del PSUC: devino simplemente un eslogan; 2) tras la hecatombe del PSUC, son los socialistas los únicos que, en la izquierda, pudieron enhebrar un proyecto catalán, pero se quedaron solamente con un proyecto para Barcelona, de ahí que se ampliara la histórica desconexión --tal vez una antinomia--   entre la gran ciudad y el resto de Cataluña; 3) la primera victoria de Pujol en las primeras elecciones autonómicas no fue suficientemente analizada por la izquierda, que siempre pensó que aquello fue una anécdota, algo pasajero, un ave de paso.  En suma, estas son, de momento, algunas de mis lecturas del libro de Jordi Amat, no sin antes aclarar que dichas interpretaciones no comprometen en nada al autor de la obra.  


Radio Parapanda. CAMBOYAa y MYANMAR - importantes reuniones sindicales - informes en ESPAÑOL e INGLÉS por Isidor Boix

 



No hay comentarios: