domingo, 14 de noviembre de 2021

Derogar, de rogar y otros terminachos


 

 

Sería de rogar que en las próximas negociaciones –pongamos por caso--  la de las pensiones no se cantinfleara tanto como se ha hecho en torno a lo del derogar  de la reforma laboral. Menos mal que tenemos a Álex Grigelmo que nos defiende del uso trapacero que algunos hacen de las palabras. Sería de rogar que ustedes leyeran atentamente lo que dice en su artículo de hoy (1). Porque, nos recuerda, que una cosa es derogar y otra reformar o cambiar. Sólo Cantinflas tenía bula para convertir el vino de las palabras en el agua de los terminachos. Tenía bula porque nos reíamos y no era un político. Dígase con claridad: se dijo ad nauseam que «vamos a derogar» la reforma laboral. Y al final --al menos en lo que académicamente se entiende por  «derogar» y también lo que en  mi vecindario de Santa Fe, capital de la Vega de Granada-- lo que se entiende como derogar, el resultado, no se compadece con lo dicho. Oído cocina: me parece normal tal como ha quedado. Impugno, eso sí, los juegos verbales –auténticos fuegos artificiales--  que se han desarrollado. Pirotecnia artificiosa.

Las próximas negociaciones debería desarrollarse de cara al público con un lenguaje claro, es decir, no confundiendo a la gallina con un pavo real.

(María Moliner, que estás en el Olimpo,  dispénseles porque no saben lo que dicen. O tal vez, demasiado lo saben)

 

 1) Alex Grijelmo

Reforma laboral: Debate semántico | Ideas | EL PAÍS

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