viernes, 7 de abril de 2017

Las cosas de Susana Díaz

Esto lo arreglo yo, ha venido a decir Susana Díaz en Barcelona. Concretamente ha prometido ser «muy activa en dar una solución a Cataluña». Es lo que toca en estos momentos de batahola política en el PSOE con sus primarias y su canesú.

Díaz, a tenor de sus declaraciones, no ha entendido una cosa esencial: que el problema de Cataluña es el problema de toda España, incluida Triana. A partir de esa, tal vez insignificante consideración, podemos seguir hablando del maná prometido para solucionar, según ella, el problema catalán.

No podemos pasar por alto que Díaz no nos haya dado pistas de cómo ser «muy activa» en tan complicada tarea.  Ni siquiera un pequeño anticipo. Tan sólo el envoltorio de una golosina. Una promesa que no ha argumentado, ni indiciado. En todo caso, la disculpamos porque es lo que se lleva. Lo que indica el Libro de Estilo de las promesas. De manera que ser excesivamente exigentes sería una exhibición de pejiguería. Y, por nuestra parte, sería desconocer que las promesas están para echarlas en la cara de los contrincantes y adversarios, no para razonarlas, ni –menos todavía--  para intentar abordarlas.

Hemos recurrido a la memoria y la consulta de las hemerotecas para saber cuándo Díaz, contumazmente ágrafa, propuso soluciones al problema catalán, capaces de tener medianamente éxito. No las hemos encontrado. Pero ello, hablando con seriedad, no constituye una prueba. Así es que sería de agradecer que la facundia fuera substituida por reflexiones y propuestas con contenido.  Ahora bien, una pregunta posiblemente indiscreta sería: ¿tiene algo Susana Díaz sobre este particular que no sea la repetición de la cacofonía que ha ido diciendo hasta ahora?



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