jueves, 10 de mayo de 2012

LA REPRESENTACIÓN DEL SINDICATO EN ALGUNOS CONSEJOS DE ADMINISTRACIÓN


Simone et Jean-Paul dans le Café de Flore


Seguimos pegando la hebra en torno al libro de nuestro amigo Bruno Trentin. Ahora toca hablar (es un decir) de  (2) LA DISTRIBUCIÓN DE LAS RENTAS COMO VÍA AL SOCIALISMO, que es la segunda parte del capítulo cuarto.



Querido Paco, nuestro amigo Trentin propone una serie de consideraciones en esta entrega que también tienen una gran utilidad para la acción colectiva del sindicalismo confederal en estos tiempos de ahora. De un lado, su visión muy crítica contra el instrumento de la cogestión alemana; de otro lado, y como inferencia la representación del sindicato en los Consejos de Administración de ciertas empresas, preferentemente públicas.

Sobre la cogestión debemos constatar que nunca tuvo buena prensa en el seno de nuestro sindicato. Menos mal. Otra cosa, bien diferente, es la co-determinación de las condiciones de trabajo, que lo dejaremos para más adelante cuando Trentin lo aborde en los próximos capítulos. Pero sobre lo segundo (la presencia en los consejos de administración) habría que hablar largo y tendido. Por cierto, no recuerdo haberlo comentado contigo.  

Un servidor estuvo siempre en contra de que el sindicato estuviera representado en esos organismos. Hice todo lo que pude, y más, en la dirección de las estructuras confederales, pero nadie en Madrid me hizo ni puñetero caso. Es más, sospechaban que era una de mis derivas anarco-sindicalistas. La idea de nuestros amigos del grupo dirigente confederal se limitaba a la justificación, que no teorización, de la necesidad de ocupar todos los espacios posibles. Y ocultamente, tal vez, pensaran que, de ese modo, recibíamos un cacho de legitimación por parte de nuestras contrapartes. Lo que era y sigue siendo un absurdo porque, en realidad, éramos (y somos) nosotros quienes, de esa forma, legitimamos las decisiones empresariales. Lo chocante es que estas prácticas nunca concitaron conflicto alguno entre las diversas familias sindicales de Comisiones: en eso coincidían los tocinillos y los zorrocotrocos, por usar aquella antigua jerga de entonces.

Para lo único que sirvió, en mi caso particular, fue para asistir de gorra a una función en un palco de La Fenice (representaban Mitrídate in Ponto). Nuestro común amigo Roberto Tonini, secretario general de la CGIL véneta, su mujer, Roser y yo mismo entramos “de gañote” porque el sindicato estaba participaba en el consejo de administración de La Fenice. Tras la función pude comprobar que Tonini era contrario a la presencia del sindicato en todos esos organismos. Sólo en tiempos de Bruno Trentin, como primer espada del sindicato, la CGIL abandonó toda esa trama. Pero entre nosotros continúa.  Estaría bien que, en el próximo congreso confederal se eliminara la presencia del sindicato en esos territorios. ¿Tú que piensas sobre ese particular?  Te saluda desde Pineda de Marx, JL       


Habla Paco Rodríguez de Lecea

Querido José Luis,

No sé a ti, pero a mí no me dan las fuerzas para todo. De un momento a otro, temo quedarme vacío como le ha pasado a Pep Guardiola, y tener que dar por concluidos estos comentarios que tan gratificantes, por lo menos a mí, me resultan.

No sé qué decirte sobre la representación sindical en los consejos de administración de las empresas públicas de nuestro país. Me he quedado en blanco. Sé que zorrocotrocos y tocinillos estarán en vilo en estos momentos esperando mi opinión; sé que mi silencio contrariará a los redactores de las ponencias del próximo congreso confederal. Pero todo es inútil. Estoy seco.

Como no podemos dejar la cosa así, he pensado en recurrir a Antonio Quijada. No hace falta que te recuerde de quién se trata: toda una vida dedicada al sindicato, volcada en el sindicato para expresarlo de un modo más exacto.

Este será mi homenaje particular a su persona. Empezamos juntos a reconstruir el ramo de Gráficas, al lado de Luis Perdiguero y Luis Moscoso, en unos momentos críticos, cuando todos éramos clandestinos. Juntos los dos (aunque más por culpa mía que suya) nos precipitamos de cabeza, recién ingresados en la legalidad, en una huelga unitaria de Gráficas (1978) absurda e insensata, y juntos la desconvocamos en el estadio de la Guineueta, y allí nos oímos decir de todo. Y después nos echamos aquello a la espalda, nos arremangamos y reconstruimos el ramo juntos. Y juntos seguimos en la lucha sindical, durante muchos años, con otros compañeros que excuso citar aquí pero no olvido.

Quijada no ha sido nunca lo que se dice un teórico. «De las ponencias encárgate tú que tienes facilidad de pluma», me decía. Pero siempre fue por derecho, y tuvo las cosas claritas.

Sé exactamente lo que me diría Quijada si le preguntara qué piensa de los representantes sindicales en los consejos de administración de las empresas públicas.

«Los franceses a eso lo llaman una cosa. ¿Tú sabes francés?», me preguntaría.

«Un poco.»

«Pues ellos lo llaman hacer le lavative

Un abrazo desde este blog a Quijada, por si tiene la mala ocurrencia de perder su tiempo en leerlo, y otro para ti, José Luis, tú sabes por qué.

Radio Parapanda. Emite por onda media las anteriores conversaciones.


 

2. ¿QUÉ ES LO PRIMERO: CAMBIAR EL TRABAJO Y LA VIDA O CONQUISTAR ANTES EL PODER?

 

3. LA COLONIZACIÓN DEL SINDICALISMO POR EL TAYLORISMO

 

4. LA DEMOCRACIA SE HA DETENIDO EN LAS PUERTAS DE LA FÁBRICA


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