Hace
decenas de años que importantes científicos están dando las alarmas sobre el
cambio climático. Con escasa fortuna. Por eso fue relevante la posición que
tomó Enrico Berlinguer sobre el particular en
los años setenta del siglo pasado. El dirigente comunista italiano, sin
embargo, fue tildado de alarmista incluso por algunos de sus formalmente
amigos. Los estudios siguieron sus investigaciones y llamando a la
responsabilidad con tanto énfasis como desidia tuvo sobre el particular la gran
mayoría de los dirigentes políticos. Algunos hubo –recuerden al inefable Mariano Rajoy-- choteándose del cambio climático. Sólo los
movimientos ecologistas, siempre en estado permanente de orfandad, estuvieron
dando el callo.
El
Informe de la ONU sanciona inapelablemente que «la humanidad ha causado daños
irreversibles al planeta». Completamente cierto. Aunque, tendremos que
aclararlo, las responsabilidades que puedan tener los de abajo no son las mimas que los de arriba; como tampoco pueden ser la mismas las que han
contraído los países del Norte –sus élites dirigentes-- que los del Sur.
La
política siempre ha estado distraída en relación a la cuestión medioambiental.
Han simulado que estaban por la labor celebrando grandes cumbres donde tan
urgente e importante problema era abordado de modo rutinario y, más bien, por
el qué dirán. Kyoto y París siempre arrastrando los pies.
Daños
irreversibles para el planeta. ¿Dónde está el detalle?: a) en que la cuestión
ambiental y, por lo tanto, el cambio climático es el resultado de lo que le
dejan hacer los grandes intereses económicos; b) en que la cuestión más
importante para todo el planeta –el único que tenemos--, el cambio climático,
pasa a casi el último lugar frente a las prioridades particulares de cada
campanario nacional.
Recuerdo
haber leído en algunos de los artículos de Bruno
Trentin algo que podría ser una propuesta de interés: de la misma manera
que anualmente hay un Debate sobre el
Estado de la Nación, debería existir un Debate parlamentario sobre el Estado
ecológico de la Nación.
Luego no digan que no les tengo informados: Cambio climático y
medioambiente
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